Palencia Entre Líneas

Cuatro apuntes sobre un sentimiento y una forma de vida: la nuestra. Palencia existe, se ve, se toca y se disfruta. Es un modo de vida.

31 agosto 2007

Una de casetas, tapas, cañas...

¡A dos y medio la caña y la tapa! “Cagüen tal, pero ¿cómo se han subido este año tanto a la parra?"
Palentinos, afortunada o desgraciadamente (que diría el otro), tenemos asumido que las casetas se han convertido en la única referencia destacada de los sanantolines. Desde ayer, con el fresquito tan característico de estas fechas incluído, quedan inauguradas oficiosamente las fiestas patronales. Ante la ausencia de conciertazos que muevan Palencia (sólo Mojinos Escocíos lo han logrado de forma masiva en las últimas ediciones), las tapas son el encuentro de los palentinos por las calles durante estos días festivos. ¡Pero a qué precio! Y es que, amigos, ya puede ser la marimorena de todas las fiestas, pero nos han tocado donde más nos duele: en el bolsillo.
Miriam Andrés, la concejala de Festejos, ¡cómo va a explicar la subida! Dice que no lo ve mal y que seremos los propios tapeadores de a pie quienes castiguemos a quienes, por casi quinientas pesetas de las de antes, nos ponga, además de una caña (o cañita) en vaso de plástico (vale, no vamos a exigir más en este sentido) con un simple perrito o un montadito de lomo, que te vale, sin ir más lejos, en el Trompicón, los ochenta céntimos.
Ante el aumento de casetas y de participación, los palentinos demandamos, junto al programa de fiestas, una guía de tapas. No de casetas, que esa ya la hay (Tapametro -ver foto-), sino de tapas. Ante la menor capacidad taperil a la que llega nuestro pecunio, bien está saber a dónde tenemos que ir para disfrutar más de nuestro gasto para que, al menos, no nos duela tanto, y nos quedemos, nunca mejor dicho, con buen sabor de boca.
Servidor ayer tuvo la oportunidad de probar un “Chorizo Preñado” (un generoso bocata de chorizo, al fin y al cabo) en Pio XII, “Pita Rellena de Delicias de Pollo” (lo probé por lo grande, porque a pollo sabía poco, sabía más a maíz, lechuga, zanahoria en conserva y al pan en sí) en Abilio Calderón y un “Montado de Lomo con Salsa Roquefort” (buena tapa, buen sabor, pero se repite un poco) en la Calle Mayor.
Podemos entonces o saciarnos con bocatas grandes con basta miga de pan y con un par de tapas quedamos satisfechos o podemos ir a por las “exquisiteces”: algunas tostas interesantes, y pinchos morunos muy curiosos. Eso sí, la sensación es la misma que el año pasado. Es más, muchos bares repiten tapas de 2006. La única diferencia está… pues eso, donde está. Luego habrá hosteleros que se quejen de que recaudan menos que el año pasado. Siempre nos queda recurrir al “truquillo de la Cocacola”, que es pedir un bote en un sitio y hacer que te dure para dos o tres casetas… Eso que se ahorra uno, porque las fiestas van a ser largas.

30 agosto 2007

Por uno de mis profesores

Este mes de agosto ha sido, en lo personal, tremendamente extraño. A mediados de mes, leí en DP un agradecimiento de la familia de Antonio Lafuente Zorrilla a todos los que "con su oración...". Me froté los ojos porque no me lo creía. Salí hacia el que fue mi instituto, el Victorio Macho («si es él, ahí debería estar la esquela»), y me lo encontré cerrado. Me acerqué, pues, hasta el túnel subterráneo de la Avenida de Santander... y ahí estaba. Antonio Lafuente Zorrilla. «¡Pero si era un chaval!» me decía, y con razón, mi amigo Toño quien también fue alumno suyo de matemáticas. A la mente se me vino el silencio que se hizo en aquel recreo cuando la conserje puso en la puerta principal la esquela de otro profesor, uno de los más carismáticos: Luis Calle Sastre, al que un cáncer también se lo llevó bien joven. Otro valiente.
Antonio falleció a los 51 años, otro joven de entre, por desgracia, cada vez más. Era de los pocos profesores con quien tuve relación una vez terminado el Bachiller. Me saludaba cuando me veía en días como el homenaje a Marta Domínguez... Él tenía un hermano, periodista, Isaías Lafuente: «Échale morro y ve a hablar con él de mi parte, Javier» me decía con un guiño.
Hoy, en el mismo diario, me encuentro un artículo de ese mismo hermano, acertado pregonero literario en su día de las fiestas de San Antolín. Un sencillo homenaje, que me complace reproducir:

LAS ESQUELAS NO DAN DE SÍ (de Isaías Lafuente)

Me enfrento después de las vacaciones al folio en blanco y a la duda, dos circunstancias nada infrecuentes en mí. La actualidad no da tregua y seguramente tendría que estar en estos momentos escribiendo sobre locos pirómanos, sádicos maltratadotes, jóvenes delincuentes con costra nazi o terroristas irredentos ante los que permanecen mudos sus cobardes secuaces, tan manchados de sangre como ellos. O elucubrando sobre el intenso curso político que se avecina. Pero el cuerpo me pide hablar de mi hermano Toño, que murió hace apenas dos semanas y dejó en quienes le queríamos un vacío de dimensiones cósmicas que nada ni nadie es capaz de llenar por el momento. Desde que murió repaso las páginas necrológicas y compruebo que las esquelas no dan de sí para honrar como se merece a quien nos deja. Apenas son un comunicado que desprende una frialdad burocrática en el que, paradójicamente, ocupan más espacio los vivos que los muertos, quienes lloran la pérdida que el ser llorado. Quizás no pueda ser de otra manera y es posible que en su escueto espacio nunca cupiese el elogio merecido aunque se intentase. Pero es una pena. Mi hermano fue un hombre íntegro, leal, comprometido con su familia, con sus compañeros, con sus alumnos, con sus amigos; fiel a sus ideas y a su fe, buscó siempre la paz y hacer el bien. Un hombre sobrio, pero acogedor y cariñoso; serio, pero con un gran sentido del humor que nos brindó momentos memorables; un personaje de apariencia flemática que cobijaba una intensa vida interior más dada a la implosión que a la explosión; uno de esos seres que parece pasar de puntillas por la vida para no llamar a atención pero que en cada paso que da, en cada una de sus acciones, deja una huella indeleble y profunda, irrepetible. En su vida fue un luchador infatigable pero sensato y con ese espíritu se enfrentó a su enfermedad. Como profesor enseñó a cientos de alumnos a no decaer ante la resolución de un problema, pero sabía que hay problemas irresolubles, y la muerte es uno de ellos. Quienes hemos tenido la fortuna de nacer en una familia numerosa somos receptores de una herencia constituida por las vidas ya vividas del resto de los hermanos, y la de mi hermano Toño cubre una buena parte de mi dote. Por eso hoy, en vez de escribir sobre otras cosas, sin duda importantes, quería dedicar este espacio a un ser excepcional. A mi hermano.

27 agosto 2007

La Planta de los Valientes

«Planta ocho. Abriendo puerta». Saliendo del ascensor, a mano derecha, un cartel nos informa dónde hemos llegado: a la planta de oncología y digestivo. Una flecha nos indica dónde está el pasillo de las habitaciones. Un olor extraño, mezcla de medicina, suero y qué sé yo qué diablos, nos da la bienvenida.
A lo largo del día, un puñado de pacientes, van paseo arriba, paseo abajo, se recuestan en sus camas, se levantan, vuelven a acostarse, leen, hablan... aguantan la dura monotonía de todos los días lo mismo. De la mano, cuando salen al pasillo, un mástil con ruedas que sujeta una máquina azul eléctrica que controla el paso de cada gota que va a través de sus venas. Las botellas, envueltas en papel de aluminio («Protéjase de la luz»), contienen el veneno que cura. "Fluoruro no se qué" reza en las etiquetas, cada una con el nombre de su paciente. Suena el teléfono de uno al que preguntan: «¿Qué tal, Fulano?». Él responde: «Pues aquí, luchando».
Y no exagera un ápice. En la planta ocho es donde se dan cita ese grupo de luchadores que entregan toda su confianza a ese extraño brebaje que les deja flojos, descompuestos, sin pelo, sin defensas, alicaídos... Pero a él se deben, es la única esperanza que tienen, además de toda su fuerza de voluntad, de sobrevivir, de seguir adelante luchando cara a cara con la muerte para evitarla cuando ella asoma desde un rincón. Con ellos, siempre la familia, las enfermeras de esa planta 8, dedicadas y entregadas al 100 % con sus valientes y, sobre todo, muchas, muchas dosis de paciencia. «Poco a poco» se dicen entre ellos.
Por ahora, la quimio es el único remedio para muchos pacientes enfermos de cáncer. Es lo que salva muchas vidas, pero cada vez son más los que tienen que entregarse a ella. Nadie mejor que ellos saben lo mal que lo pasan, pero lo bien que se se encuentran cuando sienten más que nadie ganas de vivir.
No todos, por desgracia, corren la misma fortuna. Espero que desde el más allá puedan poner su granito de arena para que, de una vez por todas, se encuentre el remedio definitivo. El cáncer era, hace apenas diez años, letal: quien lo padecía, moría. Ahora no es el caso, ahora se sobrevive, pero empieza a ser una plaga. El cáncer llama a las puertas de muchos. Tenemos que ser fuertes y aprender mucho de ellos, de los luchadores, por si acaso un día nos llama a la nuestra y tenemos que darnos cita en cualquier habitación de esa "planta de los valientes".

16 agosto 2007

La ardua tarea del pregonero

IMAGEN: NORTE DE CASTILLA
A Celso Mellado no deberían temblarle las piernas cuando salga al balcón del Ayuntamiento para gritar aquello de "¡Viva San Antolín!". El director de orquesta Ramón Torrelledó dejó el listón bastante alto el año pasado, pero no fue el único en conseguirlo. Memorables, por su simpatía, fueron los pregones de dos palentinos acostumbrados a hacer reír a la gente, como fueron Ramón Arangüena (haciendo sus cábalas sobre cómo quedaría mejor la Calle Mayor entre otras muchas cosas) y Cesáreo Estébanez («¡Palentinos! ¡Que cuando liguéis con las palentinas estas fiestas, no tengan que deciros aquello de...!» Público: «¡¡¡Para adentro, Romerales!!!»).
El ex-concejal de fiestas señalaba hace un par de días en la Cadena Cope que ya tiene más o menos preparado el discurso «con alguna que otra sorpresa», pero que todo apunta a que va a ser momento de recordar cómo eran sus fiestas en la juventud. Será un pregón breve, pero deberá conectar con los palentinos, con la gente de las peñas... con un pueblo que desea que las fiestas comiencen lo antes posible.
Salga como salga, no dejará de tener su punto de polémica, por el hecho de que un ex-concejal socialista sea quien dé el pregón. Habría que preguntarle a Heliodoro Gallego cómo reaccionaría si gobernara el PP y pusieran a pregonar al ex-concejal de fiestas pepero de turno.
El punto positivo para el gobierno de Gallego es que siempre han buscado un pregonero, si no de la tierra, lo más vinculado a ella, como han sido los casos de Marta Domínguez (nerviosilla en el balcón, pero muy querida), Tente Lagunilla, Santi Villahoz... Que, con su más o menos afán de hacerlo bien, quedan a años luz de otros pregones chapuceros que se recuerdan como el de Lolita («Po eso, que no me lo tengo preparao, pero que os lo paséis mu bien y que felices fietta»), o el de Bertín Osborne (sin palabras), que estaban pensando más en el show que les esperaba en el escenario de la Plaza Mayor que en lanzar el chupinazo por el que habrían cobrado un dinerillo que ya lo quisiera cualquiera de nosotros.
Celso, como le dijeron a ZP el 14-M: ¡No nos falles!

09 agosto 2007

Sólo un palentino suda la camiseta

Tan sólo quiero trasladar a este blog una interesante discusión que está en marcha en el foro de la web oficial del Club de fútbol Palencia. Va sobre un hecho que ya es una realidad: la ausencia de palentinos en el primer equipo de nuestra tierra.
Con la marcha de un palentino como Santi Villahoz, el Palencia se queda sin palentinos. La afición no va a dejar de animar, pero se echará de menos un hombre que defienda la camiseta como lo haría sólo un palentino.
Sólo un palentino sabe lo que es crecer y formarse como futbolista y como persona en nuestra tierra. Sólo un palentino conoce el ambiente a fútbol que aquí se respira, con ese olor aún latente a Tercera durante siete eternas temporadas y de lo que supuso Navalcarnero. Sólo un palentino sabe, por lo tanto, lo que es sudar la camiseta del equipo de su tierra y, a los hechos me remito, nadie mejor que los palentinos han sabido conectar a la perfección con la afición de su ciudad.
La solución pasa por la cantera, sin duda alguna. Era de esperar que un entrenador vasco que el año pasado llenó la plantilla de vascos, este año buscara refuerzos de los que él conoce. La misión del nuevo entrenador del Juvenil será formar chavales que sueñen con jugar el día de mañana en La Balastera, que sepan de dónde vienen y qué representa el escudo: la historia y la tradición de un equipo y de una ciudad. No me importa si no suben a División de Honor este año (si suben, ya habrá ojeadores que se lleven a los buenos chavales lejos de Palencia). Me conformo con que este juvenil comience a ser una buena fábrica de talentos que suplan la gran carencia de este nuevo Palencia: la ausencia de los nuestros.

03 agosto 2007

Marta no será "la mundial"

Diario Marca, edición de ayer jueves, artículo que firma Manuel Cano: «Una tendinitis en su pie izquierdo, ha retrasado tres semanas la preparación de Marta Domíguez. El pasado lunes, ya sin dolor, realizó un test que no le satisfizo y el miércoles tomó la decisión de renunciar al Mundial.»
Marta Domínguez, la mejor atleta española según la RFEA, no estará en los Mundiales de Japón que se disputan a finales de agosto y cuya lista de convocados conoceremos el día 9.
Esta mañana, en Cope Palencia, escuchábamos a su entrenador Mariano Díez confirmando, no sólo la mala noticia, sino algo más. Díez explicaba: «la lesión viene desde hace un mes y ha habido que empezar a trabajar de cero. Lógicamente, teniendo que volver al punto de partida es difícil volver a estar al nivel que estuviera estado en el Mundial de no haber estado lesionada. También es verdad que hay que ir poco a poco, no es una recuperación a un corto plazo porque no es la primera vez que ha tenido estos problemas, y Marta además ya tiene 32 años».
¿Podría haber sido ésta la última oportunidad para Marta de participar en unos mundiales? El caso es que en esta edición, donde era esperanza de medalla para el Presidente Odriozola, no va a estar. La palentina ha preferido no participar a tener que abandonar como consecuencia de las molestias que, además, bien pudieran tener el riesgo de ir a más. Palencia, por lo tanto, se queda sin su particular representante.
Sólo un detalle: no hubiera estado de más que hubiéramos sabido de su lesión antes, no a través de, como siempre, Marca. Los medios palentinos podría tenerlos en la agenda de su móvil (su entrenador reconoce que Marta no coge llamadas de números que no conoce). Muchos paisanos la tienen un cariño que ya la demostraron hace años cuando fue campeona de Europa (2002) y salieron a la calle para festejar su oro. Una rueda de prensa para avisar de la mala noticia, al menos, entre su gente, no hubiera estado de más.
Y a pesar de sus pesares, se la va a echar mucho de menos. Como atleta y como palentina, es toda una figura.

02 agosto 2007

Recomendaciones de lectura

En verano, al tener más tiempo libre, suelen hacerse recomendaciones de lectura porque se supone que la gente tiene más tiempo para todo. Por si puede ser de interés, recomiendo dos libros que he leído recientemente y con los que uno puede, sobre todo, aprender muchas cosas.
- Historias y Leyendas Palentinas, del profesor Roberto Gordaliza. Se trata de una colección asombrosa de, como puede suponerse por el título, historias y leyendas que se han formado y han sobrevivido al paso de los años por todo lo alto y ancho de nuestra provincia. Desde la mítica leyenda de la aparición de San Antolín al Rey Sancho, que daría orígen a la Catedral de Palencia, o el maleficio que encierran las enigmáticas fuentes Tamáricas de Velilla del Río Carrión, hasta leyendas tan desconocidas como bellas: como el supuesto origen toponímico de San Salvador de Cantamuda o la leyenda de un gigante que vivía cerca de San Martín de los Herreros.
Se trata de un conjunto de cuentos, donde aparecen brujas, desaparecidos, duques, reyes, milagros... mezclados con la propia realidad, que es lo que le da encanto a cada una de las historias que en el libro se cuentan y se explican para entenderlas mejor. Cuentos que a más de uno le pueden sonar de haberlos oído interpretados en Ser Palencia.
- El Palencia de Mi Vida, del periodista deportivo Alberto Moreno. Un libro escrito con un 25 % de datos de hemeroteca, otro 25 % de memoria y un 50 % de sentimiento hacia el Palencia. Es la obra perfecta para cualquier aficionado al club de nuestros amores. Ahí se recogen todos los datos, todas las fechas, las crónicas de lo que sucedió temporada a temporada en el equipo desde su fundación hasta el comienzo de la temporada recién terminada. Jugadores, presidentes, anécdotas, resultados... Todo está en el libro. Es la mejor forma de entender el origen del Palencia que tenemos ahora mismo (sobre todo para los que somos jóvenes). En consecuencia, uno aprende a amarlo más y a identificarse con la historia del equipo vinculada a la historia de una ciudad: la nuestra.