Se supone que el futuro urbanístico de Palencia pasa por un nuevo Plan General de Ordenación Urbana cuyo punto fuerte está relacionado con el eterno problema del ferrocarril, que nunca parece querer arreglarse para seguir siendo usado como baza o arma política entre partidos, pero que pide a gritos un acuerdo favorable para Palencia (no para los partidos) por la llegada inminente del AVE a nuestra capital.
El punto de la ciudad que, se supone, es la vena por la que ahora circula la renovación y ampliación de Palencia, es el llamado Sector 8. Un incipiente barrio al que le cuesta mucho esfuerzo crecer. En una España en la que la población no hace sino aumentar, aunque sea a base de morenos, a Palencia la cuesta sangre, sudor y lágrimas abrirse en expansión. No hay más que pasear por las solitarias calles, bautizadas con oro de kilates, de este barrio aún sin nombre, cuyo alma máter es La Nueva Balastera, rodeada aún entre parcelitas con malas hierbas sin podar y bloques que llevan meses esperando a que la constructora pueda hacerlos un poco más habitables. Es la imagen viva de lo que acontece.
Hay un hueco preparado para la construcción de un centro comercial, el tercero en Palencia (considerando Las Huertas como uno, que lo es a todos los efectos, y la Calle Mayor en sí como otro). Es una apuesta fuerte en un momento tan débil para todos, que se antoja como un proyecto aplazable y, según como sople el viento, hasta dudosamente realizable a pesar de que ya está aprobado y tiene la luz en verde.
No es siempre grato hablar de los problemas de nuestra tierra, siempre los mismos: vejez, menos juventud (y de la que hay, la mitad acaba fuera buscándose las castañas) y una ciudad que crece demasiado lenta, tanto que a veces uno se pregunta si será capaz alguna vez de dar el estirón... o si habrá alguna vez algún motivo para hacerlo. Quizás haya que preguntárselo a algún político que no piense como tal. ¿Alguien conoce a alguno?
Quizás todo esto sea lo que hemos sembrado nosotros mismos, la apatía que han ido sembrando las nuevas generaciones, la que nos está hundiendo.
ResponderEliminarTodos vamos a lo fácil a lo comodo,evitando los baches si la cosa se pone mal,eludiendo el acto muy sano de tomar iniciativas.
Los políticos tienen que moverse un poco, pero no les azuzamos como debe de ser.