Palencia Entre Líneas

Cuatro apuntes sobre un sentimiento y una forma de vida: la nuestra. Palencia existe, se ve, se toca y se disfruta. Es un modo de vida.

31 octubre 2012

International Palencia

Finalizo el mes de octubre con el sentimiento de que Palencia tiene su puntito internacional. Somos, en la provincia, unos 180.000 habitantes (y bajando). Y tiene guasa que uno de los compañeros nuevos que tenemos en la redacción de deportes me dijera: "¿con que de Palencia?" Con esa frase, abro ojos y oídos y se me acelera el pulso como si me hubieran apuntado con una recortada. El chaval lleva una temporada larga viviendo con su familia en Getafe pero, en su día, su madre fue "farmacéutica en Baltanás". ¡Olé! Pero encontrar a alguien por Madrid con algún vínculo palentino ya no me sorprende tanto.
Tiene su inri, como lo tuvo conocer a un chaval de Saldaña en una pequeña ciudad de Irlanda (y con una camiseta de la comarca puesta), conocer a una brasileña que tiene familia en no recuerdo qué pueblo de Tierra de Campos... O las dos últimas: habernos encontrado mis amigos y yo a un palentino en el mismo hotel de República Dominicana o, como nos ha contado uno de ellos, saber que la recepcionista argentina del hotel en que se albergó, después, en Holanda, tiene una amiga en Astudillo.
Viajar y conocer mundo es la mejor receta para abrirse la mente, para saber que andando se llega a Roma y que el mundo es demasiado grande como para renegar de alternativas. Algunos, en previsión de que en España no deje de llovernos mierda procedente de nosotros mismos y otros impuestos / robos sin pistola en una larga temporada, han hecho el macuto o se lo están tomando muy en serio. Quizás sea el momento de aprovechar ese grupito de contactos extranjeros que tenemos en las redes sociales y preguntar qué tiempo hace por allí, por si el huracán se convierte en tornado.

03 octubre 2012

El rinconcito de la calle Pintor Oliva

El tiempo no corre: ¡vuela! Hace casi un mes que no piso mi blog para darle forma por escrito a alguno de mis pensamientos, pese a que me ha llegado algún que otro nuevo comentario sobre viejas entradas.
He pasado otro fin de semana espectacular muy cerquita de la capital, lleno de amigos y buenas emociones. Siempre vuelvo con el mismo pensamiento: "¡Qué bien se está aquí!" Agradezco el detalle de mi hermana y su gran Sergio de haberme regalado unas 'Torquemada', unas cervezas que producen sólo allí y de las que daré buena cuenta.
Sin embargo, escribo justo un día después de saberse que en Palencia lo de perder el trabajo está a la orden del día. Unos afrontamos algunas dificultades económicas como buenamente podemos, con la rabia de que nuestros dineros se acabarán yendo para no sé qué menester que el Gobierno quiere con los bancos, y otros, directamente, pierden su empleo. "¡Alégrate!" me dicen, "que al menos sigues con trabajo". Una verdad como un templo. Pero si viene un palo, te lo llevas de morros: ¡zas! Duele. Y luego tiras.
Mientras tanto, en una escena más propia de un país de miseria que de la imagen que quiere venderse, en Palencia se ha constituido el primer comedor social en Europa de coste cero: se trata de un proyecto que carga a las espaldas de varias decenas de personas y millones de toneladas de buena voluntad. Merece mucho la pena conocer esta historia de cerca, contada por Pepe Calderón, como lo hizo ayer en La Mañana de Cope (hacia el minuto 13 del audio). Gracias a esta iniciativa podrán comer 400 personas todos los días. Convivimos con los Iphone 5 y con el hambre. Injusto, ¿verdad? Pues por gente así merece la pena sentir orgullo. Porque lo de la crisis del diablo está tan a la orden del día (y lo peor aún no ha llegado) que el día menos pensado alguno de los nuestros puede estar llamando a su puerta. Ese rinconcito de la calle Pintor Oliva que en breve empezará a estar operativo debería ser el de la esquina de pensar a la que nos mandaban cuando éramos pequeños y reflexionar qué podemos hacer cuando las maldadas nos acechan en contra de nuestra voluntad. Por si acaso...