Que vivan las fiestas del Cristo
Otro año más, y éste parece que con buen tiempo, la fiesta del Cristo vuelve a mostrar su lado más humano. Siempre ha sido un barrio con identidad propia, con un ambiente distinto, con su historia, es "de otra madera". Los más viejos del lugar recuerdan aquéllas casas bajas que, con sus propias manos, levantaron algunos obreros que se instalaron en las afueras de la ciudad allá a principios del siglo XX. Hoy es un barrio moderno, que mantiene la estructura de barrio de "casas baratas", con sus vaivenes entre las calles, con ese ambiente acogedor que recuerda al de los buenos pueblos de nuestra provincia.
Mañana domingo, Santo Toribio vuelve a relucir y vuelve a convocar a miles de palentinos que se reúnen en torno al balcón de la ermita en busca del pan y el quesillo. Antes, una buena limonada para refrescar, con el buen ambiente que hay por sus calles, con los carruseles, las casetas, las familias por la calle y el reencuentro de los amigos por aquéllos lares. Es todo un honor para las gentes del barrio y toda una sorpresa para quienes acuden por primera vez.
Y, con todo ello, lo que supone recordar una tradición, una leyenda, un sentimiento y la sensación de que ese rinconcito de Palencia sigue muy vivo.
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