Palencia Entre Líneas

Cuatro apuntes sobre un sentimiento y una forma de vida: la nuestra. Palencia existe, se ve, se toca y se disfruta. Es un modo de vida.

04 mayo 2006

Letra P

Hace bien poquito vi por aquí, por Madrid, un coche con la matrícula de Palencia. Sí, con la "P". De ésos ya quedan pocos. «Es un paisano», pienso. Y hasta casi me dan ganas de saludarle. Le miro, a ver si, a través del cristal, mira, y percibe lo mismo. Aquí estamos porque hemos venido. ¿Y tú por qué dejaste Palencia? ¿Qué te ha traído hasta aquí, hermano? Me hace pensar que hemos venido a crecer, a hacer cosas que no nos permite nuestra tierra. Tú en tu coche, con la P sobre la matrícula. O quizás fuiste a Palencia a comprar el coche porque lo encontraste más barato. No sé, pero veo esa P y me recorre un gustirrinín por todo el cuerpo... Es el claro ejemplo para definir "significante" y "significado", que explicarían en una clase de semiótica. Significante: la "P". Significado: "todo, para mí lo es todo".
Me sentí decepcionado, en parte, cuando pusieron el sistema de tres letras en las placas de los coches. Quién nos iba a decir que un singular trozo de metal rectangular que sirve para indentificar un vehículo de los demás iba a ser capaz de tanto. Aún recuerdo, hace más de diez años, un viaje familiar a Sevilla, cuando nuestro viejo Ford Fiesta, con la P, y otro coche, que no recuerdo cuál, pero con la P, nos cruzamos. Ese toqueteo de claxon y ese fogonazo de luces entre los dos coches, lo dijo todo.
Ahora no me queda otra: miro las pegatinas romboides de los vehículos grandes a ver, si entre tantos, hay algo de mi tierra rulando por las calles de Madrid.

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