Palencia Entre Líneas

Cuatro apuntes sobre un sentimiento y una forma de vida: la nuestra. Palencia existe, se ve, se toca y se disfruta. Es un modo de vida.

12 junio 2017

El milagro del Cristo

IMAGEN: @albarcelonista
De todos los barrios de Palencia, hay uno, el barrio del Cristo, al que el fútbol siempre le ha sentado bien. Es un barrio "de gitanos", que dirían muchos palentinos, tirando de tópicos. ¡Y claro que algunos jugaron en los equipos de la cantera! 
Sabemos que de San Telmo salió Diego León y de San Juanillo, Sergio Asenjo. Pero el Cristo Atlético, quizás por presupuesto, cantera, acuerdos con el histórico CF Palencia, o lo que sea, ha sabido mantenerse un paso por delante, en ese berenjenal de campos de tierra de la región, empezando por lo que fue el propio Campo del Otero.
Hasta que un día, ascendió a Tercera. Y, como el CD Becerril, se encontró con un tren que le llevaba más lejos de lo previsto hasta entonces. Y hoy se puede decir que el Cristo Atlético ha terminado de conquistar, por méritos propios, a la afición palentina.
En la etapa de los fichajes que rondan los 100 millones de euros tres categorías por encima, es difícil imaginarse cómo un club modesto, con un puñado de chavales jóvenes de la tierra (y algunos, de fuera), y más ilusión que dinero, se ha quedado a un paso de la final por el ascenso a Segunda B. Todo, sin ser el principal representante futbolístico de una ciudad de menos de 80.000 habitantes.
Cuando uno lee una conversación como ésta con Juan Julián Martín, el director deportivo, es más fácil entenderlo. Y algo tendrá que ver el trabajo de Lolo en el banquillo, un hombre muy de la casa, de la tierra, que conoce como pocos el fútbol regional y, en concreto, el palentino.
Sin quererlo, el Cristo ha logrado lo que tantas veces intentó el desaparecido CF Palencia, en su lucha por subir a Segunda B en los 90 y que tanto se hizo de rogar.
Quizás, la temporada que viene, todo siga igual, y al Cristo le sigan, cada fin de semana, el puñado de locos que sienten el club o tienen algún motivo que les lleva a querer al equipo... A sabiendas de que lograr la machada de este año será más difícil tal y cómo pinta el próximo grupo VIII de Tercera División. 
Pero no cabe duda de que este club ha provocado el nervio y el gusanillo a muchos aficionados palentinos que le han considerado hasta ahora como uno más, como un hermano pequeño del fútbol de la capital, y que se han encontrado con una chispa de emoción futbolística de las que está necesitada nuestra ciudad. 
Porque estas victorias, aunque acaben con derrota en la muerte súbita, son un grito con la cabeza en alto de 'se puede'. Sin excesivo dinero, sin demasiado apoyo, sin tampoco mucha certidumbre pero con trabajo, los milagros a veces, se producen. Y sientan una base de experiencia para seguir creyendo en las cosas que se hacen bien. ¡Felicidades, chavales!

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