Palencia Entre Líneas

Cuatro apuntes sobre un sentimiento y una forma de vida: la nuestra. Palencia existe, se ve, se toca y se disfruta. Es un modo de vida.

13 septiembre 2013

Cuando parece que nos estorbamos

Leo este viernes en la prensa local que la normativa para ciclistas va a ponerse muy rigurosa porque parece que hay algunos problemas y atropellos. Unos dirán que los ciclistas son unos asesinos, otros dirán que los peatones son unos intransigentes, otros dirán que ya era hora, otros dirán que pagan justos por pecadores y otros dirán que la culpa es del cha-cha-chá. Lo típico en estos casos.
No soy ciclista. De hecho, hace tiempo que no cojo una bici. Pero, si la tuviera, en Palencia seguiría tirando de coche de San Fernando... O de bus, cuando los recortes lo permiten. Más que nada porque Palencia no es ciudad para ciclistas. Los carriles bicis tienen más peligro que un borracho al volante, y a ver quién es el valiente que tira por la calzada cuando va, por ejemplo, por la Avenida de Madrid, donde falleció uno hace unos meses, o sorteando unas rotondas que, incluso de copiloto de un coche, me hacen sufrir a cada segundo. Las aceras, según... La Calle Mayor es complicada a ciertas horas, que es la vía que quieren restringir. Todo son facilidades.
Quizás forme parte de mi madrileñización, pero Palencia me parece una ciudad comodísima para moverse andando. Uno puede atravesar un barrio de la periferia sin cruzarse con prácticamente nadie, hasta que va entrando en el corazón de la ciudad, sin llegar a obtener la sensación de caminar por una Detroit cualquiera. Dicho esto: estoy a favor de la libertad que hay para que cada cual se mueva como le sea conveniente. La clave es el respeto.
Mención aparte merece la nueva especie a la que evolucionamos: el 'homo whatsappensins'. Peligroso para otros peatones, ciclistas, conductores y ratas de alcantarilla. Con auriculares incorporados, extremadamente peligrosos. Olvidan su mortalidad, como los super héroes.
Ciclistas normales de Palencia: los horóscopos no os son favorables. Los zumbados que van con su bici como si fueran el shaolín de Bilbao con su katana, han conseguido que pongan normas hasta para vosotros. A uno de fuera que lea los periódicos puede pensar que en nuestra ciudad parece que nos estorbamos, cuando no es así. Ahora tendréis multas, tan recaudatorias ellas. Para que cuando os neguéis a utilizar el carril bici del vial en vez de la acera, os la claven. Sí, el carril bici que, a veces, utilizan los coches que se estrellan. Luego queremos ser 'ciudad verde' y esas cosas que tanto gustan a las alcaldías.
Lo del préstamo de bicicletas ya no sigue en pie, ¿verdad? Pues eso.

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