Palencia Entre Líneas

Cuatro apuntes sobre un sentimiento y una forma de vida: la nuestra. Palencia existe, se ve, se toca y se disfruta. Es un modo de vida.

07 enero 2009

Los rescoldos de la Navidad

El intenso frío que envuelve la ciudad, la imagen de las calles llenas de gente con bolsas, el portal de belén de la Plaza Mayor vacío y la vuelta el ritmo habitual de la gente a cualquier hora de la mañana pone de relieve que la Navidad ha tocado a su fin.
Ha sido todo un placer haber disfrutado en casa las tres fiestas grandes: Nochebuena, Nochevieja y Reyes, con todo el sentimiento religioso perdido por esos caminos de Dios por parte de la gran mayoría.
Si el tiempo acompaña (es decir, con que no llueva, basta), uno transpira de alegría de verse envuelto en el bullicio de gente que sale a celebrar con los suyos lo que sea... llámese Navidad, llámese Fin de Año, llámese Cotillón de Reyes. Espectacular ambiente para dar la bienvenida al 2009, con palentinos de corbata, vestido y zapatos por cada rincón del centro de la ciudad. Más actividad que otros años en los bares la noche que se recuerda el nacimiento de Jesús, muestra de que el 25 no deja camino de convertirse en un festivo más, con un 24-noche previa de tal día. Aún así, predomina el recogimiento y la reunión en familia.
Hace años que no veía pasar una Cabalgata de Reyes, este año con colección de coches antiguos entre Rey y Rey, y con un tradicional paseo entre los belenes más bonitos expuestos en Palencia, con mención aparte a uno que, sencillamente, es espectacular: abierto hasta el día 10 en el Centro Cultural de la Diputación de Palencia, obra de José María Villa Gil, obra cuyos detalles la llevan hasta una sensacional perfección, y que a muchos recuerda bien cualquier calle de Ampudia, de Monzón... de Tierra de Campos, pese a la indignación de alguno a quien he oído quejarse de que "en esa época ni había teléfono, ni correos, ni carros de balas", pero al que la reconstrucción a escala de un adobe real, unos tejados armados pieza a pieza, unos suelos construidos baldosa a baldosa y una imagen, en general, que nos recuerda a capítulos que, alguna vez en nuestras vidas, hemos visto, vivido o recorrido, hace que tanto a él como a todo el que lo visita salga más que lleno de admiración.
Ahora, lo dicho: quedan las rebajas, el consumismo sigue. Para algunos significa seguir comprando... aunque para otros, para su resignación, consiste en aplicarse el chiste: con su misma ropa, con su mismo coche... con su misma vida.

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