Palencia Entre Líneas

Cuatro apuntes sobre un sentimiento y una forma de vida: la nuestra. Palencia existe, se ve, se toca y se disfruta. Es un modo de vida.

12 abril 2009

Celos... o envidia sana

Esta Semana Santa he podido sentir algo que, dicen, es bastante malo: los celos. ¿De qué puede sentir celos un palentino? Pues de Salamanca.
Hacía más de 10 años que no pisaba esa ciudad y ahora la he visto con otros ojos. Lo que más interés tenía en ver era la Universidad (la pública), pero está cerrada h
asta mayo. Mala suerte. Otra vez será, pero quiero volver para verla. Quiero practicar ese ejercicio de masoquismo que la Historia permitió: pensar que todo aquello bien podría formar parte del Patrimonio palentino y de lo que no nos queda, sin embargo, ni un triste rescoldo.
Pie
nsas en la cantidad de gente que hay un Viernes Santo de visita a la hermosa ciudad de Salamanca es normal sentir cierta envidia: turistas, turistas y más turistas. Los estudiantes llegan el lunes. Y que esos turistas podrían estar por nuestra ciudad...
Bueno, esos no, pero por estas fechas han estado otros. La Semana Santa de Palencia tiene una fuerza especial y que, por méritos propios, se está poniendo a la altura de otras grandes como Zamora o Medina.
Aunque la cuestión ya no tiene que ver con atraer más o menos visitantes (que, por otra parte, también es importante). No es tanto el tener como el ser... o lo que la gente sepa lo que eres... o lo que fuiste. ¿Cuánta gente sabe que Palencia fue la cuna de la Primera Universidad de España? Incluso en el mapa-folleto que dan en la Oficina de Turismo se indica: "La sede universitaria comenzó su andadura en 1218 por Alfonso IX de León y más tarde Alfonso X el Sabio, la consolidó como referente frente a las entonces universidades de Oxford, Bolonia y París". Ninguno que coja ese folleto se puede enterar, salvo que lo sepa o se lo hayan contado, que la trasladaron desde Palencia unos añitos antes.
Si la Universidad se hubiera quedado donde realmente nació, quizás Palencia sería un referente para la juventud española y europea. Quizás nuestras noches no darían la sensación de ir a menos vida nocturna. Quizás pasear por nuestras calles tendría más encanto de lo que tiene ahora. Quizás, aunque la economía fuera mal, no nos daría la sensación de ser una ciudad que depende de que cuatro se pongan de acuerdo a la hora de qué hacer con el AVE o con las empresas para que nuestra ciudad no muriera. Quizás figuras como Fray Luis de León habrían hecho más grande nuestra Historia.
En fin, maldita Universidad. Perdón, son los celos... o la envidia sana. Me encanta Palencia, pero me rindo a la evidencia: ¡qué bella es Salamanca!

1 comentarios:

A las 3/5/09 14:36 , Anonymous Anónimo ha dicho...

La verdad es que yo también he sentido lo mismo las veces que he estado en Salamanca. Es una pena que Palencia, que fue sede de la primera universidad de España, no pueda "presumir" de ello porque no queda ni rastro, ningún edificio, nada, absolutamente nada, sólo un "monumento" conmemorativo con 4 monigotes que da lástima. Y no sólo eso, Palencia no tendría nada que envidiar a Salamanca ni a otras ciudades patrimonio de Castilla y León si no se hubiese destruido prácticamente en su totalidad el casco histórico por la salvaje especulación urbanística. Se han destruido murallas, palacios, casonas, iglesias, conventos, yacimientos...una lista interminable, y lo sé porque he visto muchísimas fotografías antiguas y he leído unos cuantos libros sobre el tema. A mi francamente me da pena que una ciudad con tanta historia como Palencia (ciudad bimilenaria) apenas conserve nada de su patrimonio histórico, y que al pasear por su zona más antigua sólo se vean horribles bloques de pisos...pero en fin...¡qué se le va a hacer!

 

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