Palencia Entre Líneas

Cuatro apuntes sobre un sentimiento y una forma de vida: la nuestra. Palencia existe, se ve, se toca y se disfruta. Es un modo de vida.

14 diciembre 2009

Carta desde el corazón

Madrid, 14 de diciembre de 2009

Parece mentira, pero ya vuelvo a sentirte de cerca. Nunca antes te había escrito una carta, pero no te haces la idea de la alegría que me va a dar reencontrarme contigo. No les falta razón a quienes aseguran que lo mejor de las cosas buenas es esperarlas sabiendo que las vas a conseguir... Que luego el momento ya no es para tanto. Y, en realidad, lo pienso, y sigues allí con la misma gente, los mismos amigos, sigues cobijando a mi familia... Nada nuevo, en realidad. Curioso, ¿no? Y, sin embargo, son unas ganas tremendas las que tengo de volver a estar contigo.
Han pasado casi tres meses desde la última vez. Ya me han dicho que ahora estás algo distinta, por los carriles-bici más que nada, pero que con las luces de navidad y el run run propio de estas fechas, estás bastante más mona.
Tengo ganas de volver a sentir la adrenalina que supone atravesar en autobús la rotonda antes de entrar por la carretera de Villalobón, y saber que pisar suelo palentino es volver a recuperar la esencia y la razón de lo que ahora soy: un palentino emigrado, pero palentino, y de corazón. Me han dicho Marta y Tamara que también van a verte: dos madrileñas a las que conquistaste fácilmente por algún motivo, y hacen gala de ello. ¡Grande, Palencia, eres muy grande!
Apenas sólo unos días y estaremos juntos de nuevo. Intuyo que se me va a pasar muy deprisa, pero no me importa. A veces, habiendo estado menos tiempo contigo, he vuelto nuevo a la jungla. Pero es que es mucho el trasiego que acumulo aquí: entre clases y curro no acabo de tener un día completo para mí, apenas me queda tiempo para disfrutar de mi gente, del dinero mejor ni me hables (¿quién dijo que no da la felicidad?), y de lo estancado que me siento, ni te cuento. Madrid siempre es grande en espacio, llena de oportunidades y diversión... Pero para que el que puede. El que puede pagarlo, claro. Si algo bueno tiene esta ciudad es que me ha hecho valorarte mucho más que nunca.
Sigue cuidando a mi gente hasta que llegue, aunque sé que nunca has dejado de hacerlo. Me gustaría verte, como el año pasado por estas fechas de invierno, vestida de blanco: estabas radiante.
Nos vemos en nada: cuento las horas. Cuídate mucho. Hasta muy pronto. Por cierto, ¿te había dicho alguna vez que tengo muchas ganas de verte?

3 comentarios:

A las 14/12/09 20:36 , Anonymous Pablo Saldaña ha dicho...

Cuando viví en Madrid -25 años nada menos- mis visitas a las raíces, a nuestra Palencia, siempre suponían un motivo de alegría, de esperanza, de reencuentro con los orígenes. Una vez en nuestra tierra, la alegría se tornaba muchas veces en desencanto al comprobar como poco a poco la despoblación iba minando la fortaleza de nuestros pueblos.
Comprendo tus sensaciones pero,ajeno quizá al día a día de nuestra provincia como es posible estés, tu llegada te enfrentará a una realidad a la que desgraciadamente nos vamos acostumbrando: Silencio y soledad, total y absoluta soledad de nuestros campos.

 
A las 15/12/09 19:10 , Blogger David Valderrama Gutiérrez ha dicho...

Bien Javier...!!!

 
A las 15/12/09 22:47 , Anonymous vecino ha dicho...

siempre se agradece un comentario sobre la ciudad donde uno nació y vive asiduamente y tal vez por eso a veces no nos paramos a pensar sobre la tan traida y llevada "calidad de vida", de la que podemos disfrutar,y a lo que muchas veces llamamos,por la rutina de tenerla, la ciudad donde la vida es un aburrimiento

 

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