Palencia Entre Líneas

Cuatro apuntes sobre un sentimiento y una forma de vida: la nuestra. Palencia existe, se ve, se toca y se disfruta. Es un modo de vida.

07 octubre 2009

Saber querer, querer saber

Me encanta el caracter "patriótico" de los palentinos. Por lo general, somos un pueblo que hacemos gala de nuestro origen siempre que podemos y sacamos pecho al decir dónde nacimos. Utilizamos con orgullo palabras de nuestro vocabulario, sabemos lo especial de nuestra relación con Valladolid y honramos como los que más nuestras fiestas. Sabemos cuáles son las virtudes y defectos de nuestra ciudad.
Sin embargo, hay algo en lo que, me da la sensación, los palentinos tenemos un Necesita Mejorar: en conocer y dar a conocer nuestro bagaje cultural y artístico. Si alguien de fuera nos pregunta ¿qué hay que ver en Palencia?, la respuesta media sería: "El Cristo del Otero y La Catedral". Algo tiene que tener nuestra Catedral cuando la llaman como la llaman. ¿El qué? ¿Cuánta gente sabe las peculiaridades, aparte de la cripta, que hacen de nuestro Templo una joya única, diferente del resto de catedrales góticas? El Cristo... ¿Cuántas obras más se conocen de Victorio Macho, además del Cristo?
Proyectos como los que se plantean en las escuelas, rutas para turistas con guías perfectamente formados, excelentes libros que hablan de Palencia, etc, nos demuestran que más allá de la piedra hay vida. Debo reconocer que de un tiempo a esta parte me ha picado el gusanillo por cosas que antes desconocía. Me planteé la situación sobre qué explicar a gente de fuera que pueda venir a Palencia... ¿Y qué explico, y qué cuento? Llevar a alguien ante el Cristo de las Claras y dejarle, como Unamuno, que se sobrecoja, no es suficiente si se sabe que hubo una leyenda que dice que el Cristo fue hallado en alta mar y se le atribuyen ciertos poderes milagrosos, y si se sabe que además, en ese Convento, situó Zorrilla la historia de Margarita la Tornera, Las Claras nos parecerán únicas en el mundo. Al conocer esos detalles, nos habremos sentido partícipes de la más profunda esencia de nuestra ciudad: su Historia, su leyenda, lo que dicen sus gentes... Saber el por qué de las cosas, de las personas... hasta de nuestros seres queridos, es aprender a amarlos. Dijo Antonio Machado, soriano de corazón, que lo que se ignora, se desprecia. A Palencia la vamos a querer aunque no sepamos más de ella, pero es verdad que, aprendiendo más, sentimos que la hacemos más nuestra.

1 comentarios:

A las 11/10/09 12:33 , Blogger María ha dicho...

Claro que sí. En todos los sitios hay mucho que ver, como palentino de pro que eres debes estar orgulloso de tu tierra y la especial relacion con Valladolid jeje.
Un beso amigo!

 

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