Palencia Entre Líneas

Cuatro apuntes sobre un sentimiento y una forma de vida: la nuestra. Palencia existe, se ve, se toca y se disfruta. Es un modo de vida.

12 mayo 2009

Los prolegómenos de una fase de ascenso

Esta mañana me he despertado sobresaltado por un ruido... ¡El póster que tengo en mi habitación de La Nueva Balastera se había desprendido de la pared y había caído contra en el suelo! Por Dios, pensé, que esto no sea una señal de nada. No podemos venirnos abajo ahora.
Después de cerrar no sólo el play-off, sino el liderato con una jornada de antelación, hay tiempo de sobra para hacer con la plantilla el trabajo psicológico necesario que les lleve a ser plenamente conscientes de que no se puede ni se debe tirar el trabajo de toda una temporada en esta nueva fase de ascenso.
La euforia, por otra parte, es inevitable a estas alturas: un Palencia líder, goleador, que ha ido de menos a más... con una ciudad que aún tiene impregnada en la retina la celebración del ascenso del equipo de básket... que uno coge hoy el Marca o el As, y se habla del sorteo de la fase de ascenso a Segunda... que uno coge el Diario Palentino y se habla de la fase de ascenso que nos va a tocar.
Con el nuevo sistema, además, matemáticamente hablando, hay un 50 % de posibilidades de ascender a la primera de cambio. ¡Un 50 %! Uno de cada dos, y dependiendo de sí mismos. Y, como en todo sorteo, uno pide que la suerte esté de su lado: no es lo mismo un Oviedo (no quiero imaginar cómo sería el partido en El Nuevo Tartiere), que contra el Varea, que a pesar de haber sumado sólo una derrota, no deja de ser un equipo del grupo Riojano, a priori, más débil que el Castellano-Leonés. Pero esta primera eliminatoria es como para temblar: Compostela, Oviedo, Toledo, Villajoyosa, Español B, Alcalá, etc. Todos ellos son equipos de Segunda B. Nosotros también queremos volver a serlo.
El empuje del público debe ser fundamental otra vez. Es verdad que a la fiesta del ascenso se apunta cualquiera, y lo fácil es ir el día del Navalcarnero e invadir el césped al final, cuando, a lo mejor, durante toda la temporada, uno no ha ido por desapetencia, pero eso pasa en todas partes. Da igual si es para apoyar al Palencia y para lograr asustar al que venga, para dejarles bien claro el mensaje: "Caballeros, esto es Palencia, esto un fortín. Mal día para haber venido". El 1-0, desde la grada, debe estar asegurado. La emoción está servida.

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