Palencia Entre Líneas

Cuatro apuntes sobre un sentimiento y una forma de vida: la nuestra. Palencia existe, se ve, se toca y se disfruta. Es un modo de vida.

14 septiembre 2010

Cosas que no cambian

Tengo simpatía por los domingos. Es verdad que no son lo que eran, pero me siguen gustando. Ahora trabajo, y no tengo esa típica tarde libre de ir a un parque, a un banco de la calle y dejar pasar el rato, que nos dejaba siempre una sensación en el cuerpo muy característica, de estar como muy desconectado de todo. El día anterior, si salgo, procuro no destrozarme.
Mi gusto por el fútbol español es lo que me permite que cada domingo me sientra atrapado en unas hermosas redes a modo de hamaca. Si tengo la oportunidad, a través de internet, sigo el partido del Palencia con el mismo remusguillo que me recorría el cuerpo antes de ir al estadio, aunque no es lo mismo el olor a césped y la megafonía con el himno sonando a dos mil decibelios que el olor a silla de oficina y los altavoces con sonido a ciber lata. La cita con La Balastera era la salsa del fin de semana.
El resto de partidos, los de Primera, también los veo. No es como cuando televisaba el Plus un Real Madrid - Logroñés y bajaba con mi padre al ya inexistente Bar Safari, antes de subir a casa, cenar, ver Domingo Deporte y acostarse uno pensando en el madrugón. Por fortuna, por mi trabajo, puedo seguir viéndolos, y con la ventaja de que la coca-cola de máquina vale más barata que en el bar.
El resto de la semana, salvo cuando hay Champions, no hay más que milongas. El domingo es el día por excelencia de competición: resultados, análisis, clasificaciones, ascensos, descensos, resúmenes... Ahora los tenemos casi al instante. Si el cuerpo aguantaba, y no había responsabilidades al día siguiente, el Tercer Tiempo era un complemento formidable.
En las calles, ya haga frío o calor, siempre hay gente que vive el domingo normal, el de los que salen a pasear, al vermut, a ver los escaparates de las tiendas cerradas, a hacer la vida que no hacen durante los seis días restantes. Quizás por eso, pese a ser día de curro, el relax y el buen rollo también nos acompaña de radio para adentro, porque, de alguna manera, ese sosiego se transmite a todos los rincones. Gracias al fútbol, la prensa deportiva de los lunes tiene ese punto a favor, en la que se cuentan cosas que se han visto, no otras que se inventan.
Me acuesto dejando mi boleto sin premiar de la quiniela sobre cualquier mesita, tal como lo hacía hace quince años, ahora tras un vistazo en Futbolme y antes con la siempre incompleta Hoja Deportiva que subía mi padre del bar Managua... Y es que hay cosas que son distintas pero no cambian. Aunque mi cuerpo de vez en cuando me pide inventarme un paseo hasta un barrio de San Antonio, que en este Madrid no existe, como hacía antaño, con la camiseta morada puesta con la que iba a tomar mi dosis de emoción en directo una vez cada quince días.

1 comentarios:

A las 17/9/10 10:48 , Anonymous Pablo Saldaña ha dicho...

Me has acercado recuerdos de mis tiempos de socio del Real Madrid, cuando "los domingos por la tarde, cuando voy[iba] a Chamartin" con mi hijo... Y los partidos de Canal+, sí, cuando la televisión digital no estaba al alcance de todos. ¡Qué tiempos!
Hoy,fútbol de sofá, salvo excepciones, y Futbolme para seguir a "nuestro" Palencia.
Saludos.

 

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