Palencia Entre Líneas

Cuatro apuntes sobre un sentimiento y una forma de vida: la nuestra. Palencia existe, se ve, se toca y se disfruta. Es un modo de vida.

25 mayo 2017

Palencia es para nacer o para morir

Conversación reciente, nada halagüeña, con un profesional palentino de la hostelería, de los buenos, además, que me decía: «Acabaré traspasando el negocio. He tenido la oportunidad de montar algo fuera y la conclusión es que hay vida más allá de Palencia. ¿Sabías que en Madrid hay un bar por cada 500 personas y, en Palencia, uno por cada 150? Calcula la de bares que tienen que cerrar en los próximos años. Aquí, llega Semana Santa, por ejemplo, y estás vendido. Palencia es una ciudad de trabajadores. Si la gente no sale, no consume. Y si trabaja, cuando se juntan tres días, se marchan lejos, a desconectar, como es normal».
Y tiene más razón que un santo. Me lo dice un empresario joven, con ganas de comerse el mundo, que le ha puesto tanta ilusión como esfuerzo a todo lo que ha hecho, hasta ahora, en su vida. Le viene de sangre, todo sea dicho, de familia currante, de los que, con esfuerzo, producen.
Me da lástima el escenario, Palencia. La historia recuerda a la de los pueblos de su provincia: los que, por circunstancias socio-económicas, acaban desapareciendo. Y su mal no es sólo local: que nacen menos niños, es evidente. Que regresan muchos inmigrantes, es otra realidad. Que la economía está muy resentida, es tal cual.
Quién sabe si estamos condenados, con resignación, a procurarle a nuestra ciudad un envejecimiento dulce. Que no se renuncie a nada, que se siga trabajando duro por la ciudad, pero sabiendo que la pirámide de población y las expectativas de que los jóvenes se queden nos clavan un buen revés.
Y sin dejar de pensar que los milagros existen y, a veces, se trabajan. Deseo que Palencia sea apetecible por mucho tiempo y vaya más allá de aquello a lo que parece condenada: una ciudad para jubilados, trabajadores y sus hijos estudiantes. Una ciudad para nacer o para morir.

09 mayo 2017

Nunca un descenso fue tan esperado

Este domingo, el CD Palencia descendía a Tercera División. No ha supuesto ninguna sorpresa. La temporada no ha podido ser un cúmulo mayor de despropósitos extradeportivos que han afectado, de forma muy directa, a la marcha deportiva.
Varios socios han resumido muy bien en las redes sociales todo lo que ha pasado: un golpe, y luego otro, y luego otro, y luego otro. El club, de rodillas, malherido y desorientado, ha terminado descendiendo.
Muchos, entre los que me incluyo, el descenso lo vemos como la forma de que se haga una limpia, como un mal necesario para devolver a su génesis al club nacido bajo el lema 'no al fútbol moderno'. 
La mafia sigue en el empeño de convertir, de forma unilateral, el club en SAD. Lo que quiere el invasor, perdón, el inversor, Serrano, es simplemente dinero. Serrano sigue dando tumbos por la Tercera División española en busca de su gallina de los huevos de oro, sin saber que el fútbol modesto da para lo que da, y sin ser consciente de que la inversión extranjera está llena de parches peligrosos para una burbuja que, si no explota, es porque los más grandes del fútbol español logran hincharla más y más. Si un Palencia diese dinero, ¿no habría tortas entre los Ali Syed y los Al Thani de turno?
Parece mentira que, en el año en el que debían esperarse más ingresos, más apoyos, más visibilidad, más disfrute, haya ocurrido en el club todo lo contrario. A diferencia del extinto y querídisimo CF Palencia, el 'Dépor' sigue con vida. Dicen que, mientras hay vida, hay esperanza. Cuando se reconduzca la situación, si es que al rehén no terminan de ahogarlo, tiempo habrá de seguir corrigiendo errores y buscar la forma de crecer, y que, de nuevo, Palencia se identifique con una fuerza tan grande como es el fútbol... Como ocurre en Almendralejo, en Huelva o en Badajoz. ¡Qué camino tan largo queda para llegar a eso! (Envidia sana).
En el otro lado de la moneda, en la cara en este caso, en el Grupo VIII de Tercera División, está el modestísimo Cristo Atlético. Es el ejemplo claro de que, en Tercera, no hacen falta Smashing Rules ni fichajes estratosféricos ni empresas extraordinarias para ilusionar a toda una afición, sea ésta de 100 o de 500 locos. Basta un equipo de chavales "de por la zona", con un entrenador como Lolo, y con un trabajo consistente para demostrar que soñar es posible.
Es un guión parecido al que vivió el CD Palencia que se metió en los play-off de ascenso a Segunda B. 
Serrano, atiende: la fórmula del éxito te la están regalando. Serrano, lo sencillo y bien hecho, funciona y da alegrías... A ganar dinero, a La Bolsa de Madrid.