Palencia Entre Líneas

Cuatro apuntes sobre un sentimiento y una forma de vida: la nuestra. Palencia existe, se ve, se toca y se disfruta. Es un modo de vida.

31 agosto 2015

Pregón de aspecto mejorable

No sé si acabarán siendo mejores o peores Sanantolines que el año pasado, dependerá en parte de la lluvia, pero hay que decir que el arranque oficial de 2015 tuvo algún problemilla.
A un excelente pregón literario el viernes, el sábado a mediodía le siguió un atrevido pregón popular. Tan bien estuvo Daniel Landa, con buena acogida y excelente crítica, como Sara Bayón. Para no estar habituada a hablar en público, la seleccionadora española de gimnasia rítmica estuvo alegre, espontánea, palentina y valiente: no es fácil querer hacer bailar a una Plaza Mayor... bastante vacía, y no creo que fuese por que La 8 lo diese en directo. Pese a todo, entretuvo y apostó por algo muy personal.
Pero, lo dicho: no acompañó el ambiente: un sábado a mediodía mucha gente trabaja, otra aprovecha para comprar y los comercios apuran sus últimas horas antes de cerrar el fin de semana.
Que, por el calor y la 'torrija' de sol, la sombra de los soportales se cotizase al alza, no quitó para ver que la asistencia de palentinos quedó lejos de la de otros años y el aspecto de la Plaza tirase a pobre.
Que, por haber huecos, los hubo hasta en la zona reservada para las peñas. El calimocho y la cerveza fría, si es que los cachis aguantaban, estaban más justificados que nunca. ¡Olé por los que sucumbieron al chaparrón de sol!
Más allá de todo, y quiero pensar que fue en un arrebato de ilusión y ganas de pregón, hablar de 'aspecto inmejorable' fue un desacierto como lo ha sido cambiar algo que funcionaba bien: el día y, sobre todo, la hora del pregón popular que con su '¡Viva San Antolín!' pone patas arriba la ciudad desde su corazón y que, a menudo, nos deja estampas con más gente.

19 agosto 2015

#SanAntolin15

Leí hace unos días la cuenta a @SomosPalencia, entre algunas más, comenzar a calentar las Fiestas de San Antolín con un hashtag: #SanAntolin15.

Según los políticos que las organizan, incluso cuando las fiestas no han tenido nada de nada, el balance siempre es positivo "si la gente sale de casa".
¿Por qué no optar para interactuar entre Ayuntamiento y palentinos a través de las redes sociales? ¿Por qué no fomentar hashtags como ése para poder recoger todo lo que la gente quisiera comentar sobre las fiestas?

Las redes lo revolucionan todo. Los móviles nos cambian hasta la forma de caminar por las calles, con el cuello encogido, pendientes de alguna conversación de whatsapp, y despistados hasta cuando cruzamos una calle.
Lo tenemos que contar todo en Instagram, en Twitter, en Facebook. Tenemos que hacernos fotos de fiestas, de mojitos, en la playa, cuando comemos y hasta cuando nos despertamos. ¿Por qué no aprovechar ese potencial en un momento en que la gente quiere pasárselo bien?
El Ayuntamiento propone y el pueblo dispone. ¿Que una caseta te ofrece una ridícula tapa de no sé qué y te ponen malas caras? Tuit. ¿Que se acumula la mierda en el parque que tienes al lado de casa? Foto y tuit. El valor de lo que se dice en Tripadvisor acaba teniendo más efectividad que una hoja de reclamaciones, y a mis experiencias personales me remito.
Y ya no sólo por opinar sobre lo que se hace, sino como vía para hacer propuestas. El Ayuntamiento de Madrid ha abierto vías de comunicación de incidencias tanto en su página web como en Twitter, donde cada sugerencia o reclamación tiene un número asignado, y funciona con bastante efectividad.
Quizás las fiestas pudieran ser un punto de prueba para instalarnos en nuestros dispositivos móviles el Ayuntamiento 3.0, el de la interactividad.
Dicho lo cual, firmo que #SanAntolin15 llegue a ser 'TT', por algo bueno, alguno de estos días que espero con muchas ganas.

04 agosto 2015

帕倫西亞

Si pones Palencia en el traductor de Google sale algo que suena a Palensía y se escribe tal cual reza el título.
El verano es un período tranquilo en cuanto a noticias, pero dada la cantidad de 'chinerías' a las que tengo que enfrentarme estos días hablando del Real Madrid, del Atlético de Madrid y del Rayo Vallecano en Deportes Cope, me llega a llamar la atención que la prensa local destaque que cerca del centenar de chinos llegan a nuestra ciudad este verano para aprender español.
Y no es que se diga que los chinos tienen futuro en España, es que los chinos ya forman parte de la normalidad de España... o peor para nosotros: empezamos a formar parte de China.
Nuestros padres lucharon por que aprendiéramos inglés, después de que ellos se empaparon, en el colegio, de clases de francés. Y alguien nos venía diciendo que el futuro era el chino, que conquistarían el mundo. "¿Los chinos? ¡Si no son occidentales!"
El caso es que ya han entrado en nuestras tiendas de barrio, en nuestros bazares de los 'veinte duros', en nuestros bares para dejar tiritando las tragaperras... y ya van entrando en nuestro fútbol, en nuestra deuda, y acabaremos hablando chino mandarín. O chino 'naranjito', que es como más español.
No hay cuidad sin su tienda de "Alimentación" ni sin su restaurante chino, por más que la leyenda de que sirven carne de perro nunca les abandona, aunque Alberto Chicote aún no ha visitado ninguno.
En Palencia, la 'china de las rosas' de las noches de fin de semana es tan popular como el mismísimo Fernandito, el Librero.
Sin hacer ruido, sin saber muy hablar nuestro idioma, sin saber muy bien si pagan en sus locales todo lo que deben pagar al Estado, y sin saber realmente cuál es su forma de trabajar, se van colocando en nuestras vidas. 
Lo vi en mi barrio madrileño de adopción, Aluche, hace pocos días: panadería que vende pan normal. Madre con niña de unos 7-8 años dentro. La madre pide una barra normal. La niña rompe a llorar y a patalear contra el mostrador porque "papá me había prometido pan del chino". La panadera le ofrece una barra de "pan de horno"... recién descongelado, como del chino. Pues ni con ésas. Algo estamos haciendo mal. De locos.