Palencia Entre Líneas

Cuatro apuntes sobre un sentimiento y una forma de vida: la nuestra. Palencia existe, se ve, se toca y se disfruta. Es un modo de vida.

27 septiembre 2011

Desafío Extremo

Si los palentinos hiciéramos nuestra propia guía turística, con sitios para visitar y en los que comer o tomar algo característico, lo pondríamos como lugar referente. Es donde llevamos a las visitas porque sabemos que, por poco dinero, comen. Mi amigo Fer resalta una de sus características con una frase que le recordamos a menudo: «la carne es de buen género».
"Los martes tenemos chicharro", pone en la carta, que es una tabla colgada en la pared con las raciones y su precio, increíblemente bajo. En fiestas, que es cuando abre después de sus vacaciones, está a reventar. Cualquier sábado, si no es muy tarde, también lo está.
Dicen que el dueño quiere jubilarse, pero que sólo lo traspasaría si quien lo compra lo mantiene tal cual. Es decir, que no se pierda la esencia de uno de los lugares más famosos de Palencia.
Me han contado de cierto chaval que, incluso, hacía la conversión de cualquier precio a "filetes de panceta" del susodicho bar. Las pasiones son las pasiones.
Nadie le conoce por su nombre de verdad. Bueno, sí, pero todo el mundo utiliza el apodo. Creo que, sin él, no sería lo mismo.
Las malas lenguas, que acrecentan su fama, hablan de cosas raras en el baño, de gente que bajó las escaleras y nunca volvió a ver la vida igual. Hablan de genialidades que no consigue ni el propio Ferrán Adriá, como una tortilla de chorizo con sabor a champi o una ración de jijas con aroma a panceta. Pero es que da igual porque, al final, todo el que entra dice lo mismo: está todo tan rico... Y es tan barato... Uno de los mejores rincones castellanos en cuanto a calidad-precio, y no es broma.
Un grupo de tres jóvenes decidieron hacer historia. Su vídeo, llamado "El Guarro (el trompicón): Desafío Extremo", ya ha superado las 10.000 visitas en tres meses. Quien no lo haya visto, que lo vea y lo recomiende. Esos chavales han conseguido uno de los mejores vídeos de Palencia de cuantos circulan por Youtube. A la altura de las circunstancias, desde luego. Y, además, bien curradito.

22 septiembre 2011

Desconfianza

Últimamente, se habla mucho del miedo. No sé por qué hay un interés en anunciar todos y cada uno de los días que pasan que todo va mal: la prima de riesgo, los puntos de la Bolsa, Grecia, los contagios, especulaciones, habladurías y demás chuminadas macroeconómicas que, para el que dirige un bar modesto o el que arregla coches en su taller, poco importa.
Sin embargo, uno que ponga la televisión, aunque no entienda lo que le dicen, saca la misma conclusión que el que tiene su capital en Bolsa y su vida dependa de operaciones financieras semicorruptas. Que todo va mal.
Y, en nuestro país, con unas elecciones generales a la vuelta, lo único que debería beber la política es la desconfianza que siembran.
Es una crisis de los que tienen el dinero, de los que cobran a espuertas, de los que tienen pensiones estúpidas por haber salido elegidos en un cargo, de los que han corrompido el sistema... Y el pato lo pagamos todos. Además, con el egoismo por bandera, en Comunidades como Madrid, Cataluña o Castilla La Mancha, sacan la tijera para clavársela a los profesores, a nuestros doctores y a quienes necesitan de medicamentos en el día a día.
Unos no han tenido las herramientas necesarias, desde el poder, para abrir el paraguas en condiciones. Y otros, haciendo una oposición destructiva, diciendo que saben cómo abrirlo para que nadie se moje, se pasan los días mirando al cielo por si, cuando les toque, al final escampa y se quitan el marrón.
Los dos grandes de nuestro país se han puesto de acuerdo para reformar, sin el pueblo, la Constitución que fue aprobada por él, y con la intención de poder meter mano en los Telediarios del canal que pagamos todos, por si a algún periodista harto de tanto imbécil en política, le dé por hacer un juicio más crítico. Es lo que demuestra que, además, son miedosos. Lo que hace falta demostrar, el 20-N, que tenemos la inteligencia que ellos creen que no tenemos. Y es que, las crisis de dinero se solucionan con talento. Por fortuna, nunca podrán meternos impuestos por pensar.

06 septiembre 2011

Cuando sonaba la traca

Cuando sonaba la traca, yo ya estaba en la discoteca... Si no por los postres de la genial boda de mis amigos Óscar y Rebe. Dicen que "la Glori" vende tracas mejores que la que contrató el Ayuntamiento para declarar el final de los Sanantolines. Todo sea por recortar en gastos.
No es que en las fiestas uno se aburra, porque servidor, que estaba de vacaciones, las ha disfrutado, y bastante, con reencuentros, escapadas, salidas... Aunque lo de que el programa no está a la altura de la ciudad sucede desde hace bastante tiempo, aunque este año, con los recortes, sobre todo, en conciertos, se ha notado más que nunca el aspecto "malo" de las fiestas. Quizás por eso, de nuevo, el protagonismo se lo han llevado los eventos de pago: las actos en el teatro y las tapas, Mercado Medieval mediante (o "de las Tres Culturas," aunque pocos le conocen así). Y aún con ésas, si estamos por ponerles peros, los podemos poner.
Ver a Leo Harlem o a Anthony Blake por 20 ó 25 € no está al alcance de cualquiera. Más después de que, según me han contado, un tío como Blake no estuvo del todo fino en su espectáculo, en el que algunos espectadores no sentían lo que el mago suponía que debían sentir. Y lo de las tapas empieza a ser otra cosa que degenera de la idea original. Ahora nos encontramos "casetas de bares que salen a las calles", donde lo mismo te ponen una mal llamada tosta que te ponen unas raciones fuera del precio estándar. Y les hay que, como les sientan mal que te traigas el refresco o la cerveza de otra caseta (con un vaso da para dos tapas), te las cobran a 2 euros y Santas Pascuas.
Luego están los que han sacado sus tapas, pero no han sacado las casetas. Así, quienes quieran tomar algo diferente en un ambiente más tranquilo, con su consumición en vaso de cristal, pueden hacerlo incluso sentados. Así se ahorran salir a la calle.
Lo de Bertín Osborne, para ser el segundo concierto gratuito de un "famoso" después del de Malú y que no falló, fue lamentable. Como dice mi tío Cristóbal, "me apuesto lo que sea a que éste estaba en la finca (una que tiene cercana a Palencia, según parece) y dijo: voy un momento a cantar ahí a Palencia y ahora vuelvo". El tío, como si viniera de echar el paseo por el Salón, cantó un par de canciones entre monólogo y monólogo y se fue. Era el 2 x 1 que le encalomaron al pobre tras venir con Arévalo al teatro.
Los fuegos artificiales no emocionaron a nadie. Esta vez, pocos y mal tirados. Pero había que cumplir. Cualquier pueblo nos da mil vueltas.
¿Y quién dijo que no iba a haber ambiente en las Huertas del Obispo? Ya se lo han montado por su cuenta cientos de jóvenes que han acudido sólo para hacer botellón. Algunos, con camisetas de "pseudo peñas", como la de los "Little Fuckers" o las de las chicas que preguntaban en su delantera "I am sexy?", haciendo gala de un mal inglés (y mira que es lo primero que se enseña), y se autorespondían con un "Say Yes" que lucía en sus espaldas.
Dejémoslo todo esto en un "Necesita Mejorar" como el que nos ponían en las notas de la EGB como diciendo "tranquilo, que tú puedes", que lo mismo te valía para un 0.0 como para un 4.5, aunque, en realidad, era un cate como un piano.

02 septiembre 2011

La charanga a la puerta del Martirio

Tan sólo hace unas horas volvía exultante de una buena fiesta. La calle Alfonso VIII volvía a acoger una muestra de lo que es, y debe ser, la fiesta de un pueblo que tiene ganas de pasarlo bien en la fecha más destacada del calendario... para los que somos de aquí.
La Charanga "El duende" animaba a la puerta del Martirio a pasar por allí para quedarse, para disfrutar del mítico "Parabarabarabarabá... ¡Pa-len-cia!" o de todo un clásico como el "Pucelano el que no vote".Los honores de la juventud al Santo Patrón quedan a la orden del día desde las primeras horas del 2 de septiembre. Entonces uno se llega a olvidar de que hay un presupuesto ridículo para los sanantolines, el paupérrimo programa de fiestas año sí y año también, y todo lo demás. Por un momento, esa masa es un todo y tonto el que no baile.
Y cuando hace tanto que uno no pisa Palencia el día grande, las sensaciones se multiplican, la alegría se desborda y el momento acaba mereciendo la pena.
De vuelta a casa, con el "Tírate de la moto" resonando en la cabeza y mirando de reojo el azul que sale por el horizonte, caen las cuatro gotas que permiten que este viernes, más festivo que cualquiera de los domingos, haya amanecido una tranquilidad rota por los cohetes que han retumbado por la capital toda la mañana para acompañar a los fieles que han acudido a beber el agua milagrosa de la Cripta de la Catedral. El tiempo sigue respetando. La traca final del sábado nos recordará que el lunes muchos volvemos a la rutina con un sabor todavía a charanga, tapas, copas y calimocho.