Palencia Entre Líneas

Cuatro apuntes sobre un sentimiento y una forma de vida: la nuestra. Palencia existe, se ve, se toca y se disfruta. Es un modo de vida.

21 febrero 2009

Reflexiones desde un solar que espera volver a ser edificado

IMAGEN: El Mundo
Nos preguntan hace años, y quizás unos cuántos-bastantes no sabríamos decir exactamente dónde estaba la calle Gaspar Arroyo. Por desgracia, un primero de mayo de hace bien poco toda España pudo ubicarla.
Una calle pequeña, apenas con 5 portales por acera, estrecha, con aspecto viejo, cercana al río y a la Catedral... la calle del "bar de la Vieja" y del "bar del pescador" para muchos jóvenes que bien saben lo que es encontrar un sitio para echar un trago barato el fin de semana. Aunque, para malos tragos, los que, durante estos casi dos últimos años, han tenido que pasar los vecinos de esa calle .
Hoy en día uno se acerca al lugar de la explosión y comprueba cómo la renovación de las fachadas, que las dota de otra luz, y el enorme solar preparado para la construcción de nuevas viviendas, contrastan con los pensamientos que no toman forma cuando se reflexiona sobre cuánto y cómo puede cambiar la vida una tragedia como aquélla.
Se puede leer con cierta esperanza y hasta alegría que, por fin, hay fecha para la colocación de la primera piedra de los tres edificios que van a suplir a los dañados: será el 6 de marzo a las 12 del mediodía. Un acto que contará, como todo el proceso desde la explosión hasta ahora, que sepamos, con la presencia de políticos, de Gobernadores, de consejeros... Es la única pega de que salir adelante tenga que pasar por sus manos, que quizás haya que verles demasiado las caras, cuando lo único que pide el cuerpo es el recogimiento, es que esas casas vuelvan a estar en pie y que se esclarezcan los hechos que, a día de hoy, siguen sin respuesta: ¿Qué demonios pasó con la fuga de gas?
Y cuanto menos ruido, mejor. Pero, lo dicho: es irremediable. Al menos, resulta aliviador saber que ya hay un comienzo del fin antes de volver a hacer vida en una zona que nunca volverá a ser la misma.

10 febrero 2009

Hacia el nuevo TDT de RTCYL

Dos televisiones, la verdad, parecían demasiado. Pero estuvieron conviviendo durante varios años, por lo que se entiende que había mercado de publicidad suficiente para las dos.
Comenzaba la primera, Televisión Palencia, la que tenía la mosca verde y amarilla en la que Eva Calleja y Fernando Hermoso llevaban adelante desde los estudios cercanos a Abilio Calderón toda la programación, con Alberto Moreno en los deportes. Eran vísperas de Sanantolines, y a los palentinos les hacía especial ilusión ver a ver si alguno de los suyos "salía en la tele". Era un clásico el juego de cámara al hombro, ir a la calle, por ejemplo, Eduardo Dato, y preguntar a la gente si sabía dónde estaba la Calle Eduardo Dato.
Memorable y divertida fue, también, la inocentada que se curraron cuando daban cuenta de que al Cristo del Otero se le habían caído los brazos y la cabeza, y daban imágenes de ello... Informativo que terminaba con aquello de "Presentador despistado", que te hacía recordar que era 28 de diciembre.También histórica fue la primera no retransmisión en directo de un partido del Palencia (¿pudo ser contra el Íscar?), con una parabólica atada en una de las torretas de luz del viejo estadio, y las primeras noticias que llegaban a la grada de general al cuarto de hora que decían: "¡Se les ha ido la señal!".
Luego, años más tarde, llegaba otra Televisión Palencia. ¿Otra? Sí, otra: "Televisión Palencia 2000". ¿Dos televisiones Palencia? Bueno, una acabó convirtiéndose en Canal 4 de nombre, Castilla y León de apellido, mientras que la otra, con el tiempo, acabo llamándose "Televisión Palencia" a secas, luego fue "Televisión Castilla y León"... bueno, a vox pupuli era "La de la bolita". Así nos entendíamos todos.
Informativos locales, información deportiva (Moreno y Calleja contraprogramándose hasta en la tele, ¡qué grande!), algunos magazines que sólo veías si nada de lo demás que había a esa hora te interesaba o si alguien conocido iba a salir. Y sin olvidar esas películas en blanco y negro que se emitían hace años en la que los dobladores españoles, cuando hablaban, bajaban el audio original de la película.
Y así hasta nuestros días. Con algunos cambios de domicilio, de diseño, de estudios... lo habitual en tantos años. Pero hoy en día, la crisis, que achucha, y la Junta ha sacado el talonario para que Castilla y León tenga, por fin, (vamos a la "vanguardia" de todo, como siempre) una televisión autonómica en condiciones. Fusión de los dos grupos de televisión porque si no, no había chequera. Lo peor de todo: que ha habido compañeros que, irremediablemennte, se han quedado sin empleo. A la calle con la que está cayendo. Valga desde estas líneas un deseo grande de que pronto vuelvan a poder sumarse a este carro, tan esclavo como gratificante. Por ejemplo, cuando la nueva televisión autonómica crezca y necesite de más gente, de más personal.
La Junta ha dado de plazo ocho meses para que Radio Televisión Castilla y León comience a emitir. Lo hará también vía TDT (un canal para programación regional y otro para programación local). Óscar Campillo, director de la edición regional del diario El Mundo se pone al frente del proyecto. Nacho Fernández, ovetense y director de programas del canal "de la bolita" será el nuevo director de programas. Y entre los cuatro subdirectores de informativos, un palentino: Roberto Gordaliza.
Mal momento para poner en marcha una televisión propia, habrá que ir tirando de "papá-arcas regionales". Y que convenza pronto para que el canal pueda echar a andar por sí solo.

03 febrero 2009

El sentido de la muerte... del cerdo

Cuentan las crónicas de los diarios, y también de quienes ayer lo vieron, que la matanza tradicional que se celebró en la Plaza Mayor con motivo de la Fiesta de Las Candelas, no dejó indifente a muchos de los asistentes.
Incluso, a quien vivió durante su infancia lo que en su pueblo era todo un rito vecinal, no dejó de sorprenderle. Mi tía Heliodora ayer estuvo oyendo de nuevo, como muchos tantos palentinos que se acercaron, los chillidos aterradores de los chones que allí dieron el matarile, como se lleva haciendo toda la vida: "Aún se te clavan en los oídos".
Están los que, matanza tras matanza, huyen al primer punzamiento en el cuello, y hay quien, no sólo lo trabaja bien, sino se habla de quien lo hacía hasta con cierto arte: "¿Te acuerdas de tío Félix? Era limpio como él sólo, sacaba todo lo del cerdo con una maestría asombrosa".
Y por lo que cuentan, hasta los que en sus familias lo han mamado, recuerdan la reacción de espanto de los niños que ven al cerdo vivo por primera vez. Servidor pasó por aquella experiencia con apenas 5 ó 6 años, viendo a un cerdo del tamaño de un camión (entonces) y a otro más pequeño salir del cubil tirados por varias personas hasta el banco en el que se le iba a postrar para comenzar el proceso de su muerte... Proceso lleno de gritos escandalosos al mismo tiempo que, desde la cocina, y con las manos en los oídos para tratar de escucharlo lo más atenuado posible (cosa que costaba, el chillido de la muerte se escuchaba hasta por los huesos), la infantil cabecita de uno era consciente de que ahí a un animal vivo no se le dejaba morir como mandaban los cánones, es decir, por viejo, sino que se procedía a una muerte violenta y cruel. Era injusto. No me gustaban los animales, menos los cerdos, pero más injusto era estar presenciando todo aquello. Que los maten, pero no conmigo delante.
Simplemente algún día después, esos despertares en la casa de los abuelos en Cozuelos de Ojeda, llevaban a ver a la hora del desayuno la sartén sobre la mesa, y al gran Baudilio diciendo: "Niño, ¿quieres un torresno?". Al primer bocado, se acababan todos los males.
Ayer pasó lo mismo: por la tarde, lejos del acto de la matanza, cuando repartieron los bocadillos, sólo los estómagos eran los que hablaban.