Palencia Entre Líneas

Cuatro apuntes sobre un sentimiento y una forma de vida: la nuestra. Palencia existe, se ve, se toca y se disfruta. Es un modo de vida.

22 diciembre 2014

El 'Gordo', íntegro en Palencia

IMAGEN PARTICIPACIÓN | IMAGEN PRENSA: Diario La Correspondencia
Que Palencia tenga relativa fortuna en la Lotería de Navidad no nos sorprende. Sólo una vez en la historia ha sido agraciada con el 'Gordo' de forma íntegra. Hablamos de 1892. En el siglo XIX, casi lo normal era que cada uno de los grandes premios se vendiese en su totalidad en una sola provincia.
Ese año, por primera vez, al sorteo previo a las fiestas navideñas se le denomina 'Sorteo de Navidad'.
El primer premio de entonces cundía muchísimo más que el de ahora: el ganador se llevaba, al billete, 3 millones de pesetas (o 12 millones de reales) en los tiempos en los que un periódico valía 5 céntimos; una botella de ron, dos pesetas; un sombrero de moda parisina, 12 pesetas; y un piano, unas 400.
Si dejamos el dinero de lado, no han cambiado mucho las costumbres. La prensa del día de Nochebuena de aquel año, habla de la enorme expectación del público a la entrada del salón del sorteo, haciendo colas de madrugada, soportando "el frío y la llovizna" de aquel 23 de diciembre, y de cómo se desinflaban los ánimos en cuanto salía el Gordo y la gente comprobaba que no se correspondía con el número que jugaba. Y se puntualiza que el sorteo comenzó con retraso: a las 10 de la mañana, por aquello de que había bastantes curiosos con ganas de encontrar su número antes de que las bolas fuesen introducidas en los bombos.
El billete con el número 40.297, según las crónicas de los corresponsales en Palencia de la prensa de Madrid, se vendió en la droguería del Señor Fuentes. Y, como ahora, estuvo muy repartida entre la clase humilde: "Los favorecidos por la suerte son pobres y honrados trabajadores que sólo contaban para vivir con el producto de su jornal". Otro décimo recayó en el Seminario, donde "albañiles y carpinteros" se llevaron algunas participaciones y se menciona al fámulo de un Catedrático que compartió su suerte con un "infeliz" obrero, con familia y dos hijos, que tuvo que ir a Cuba y que vivía de la caridad. (El Imparcial. Madrid.)
'El Liberal' apuntaba a que algún décimo pudo ser devuelto y que Palencia era una "capital en la que se juega generalmente poco".
También se refieren los corresponsales al rumor que corrió, sin que se pudiera confirmar, que dos décimos los tenía el ex ministro Manuel Ruiz Zorrilla, aunque cabría la posibilidad de que no los comprara él, sino que se los hubiesen enviado a París y, durante el envío, se extraviaran.

No sabemos en qué grado cambió la vida de la ciudad. Quizás pasó algo similar a lo vivido en Segovia en el año 2000: "Ha producido inmensa alegría en la capital la noticia [...] En los cafés, círculos, comercios y calles no se habla de otra cosa", decía la crónica de Rodríguez Blasco para 'El Imparcial' describiendo el ambiente de una Palencia que contaba con algo más de 15.000 habitantes.
Además, alguna participación, si no igual, parecida a la de la imagen, habría llegado hasta Fuentes de Valdepero.
Y aunque más de 100 años nos parezcan un mundo, y ahora estemos en la era del décimo que se vende a demanda por terminal, la esencia, la ilusión, y las escenas de cada año no han cambiado un ápice. Y aunque ahora se cobre mucho más que entonces, el 'Gordo' cunde muchísimo menos. También las pedreas. Malo sería que un tiempo tan pasado nos suene mejor.

18 diciembre 2014

Con el culo al aire

 FOTO: Twitter Pablo Ferrari
En estos tiempos tan fríos, toca hablar de desnudeces. En apenas un mes, hemos sabido de dos a los que les ha costado nada y menos ponerse con el culo al aire, por dinero, y que todo el mundo lo vea. Para unos, será una guarrada; para otros, una opción totalmente libre y, quien quiera, que no lo mire.
El primero de los dos protagonistas realmente no es palentino, pero en cuanto se supo su nombre la gente ya empezó a referise a él como el 'Mister Palencia'.
En el programa de culo, perdón, de culto 'Adán y Eva', de Cuatro, aparecen, cada semana, varias personas que desean conocerse y les plantan como Dios les trajo al mundo durante unos días, en lo que charlan y se toman unos copazos. En una de éstas, aparece un participante que se llama Daniel Folla, es decir nombre+apellido, si bien algunos lo interpretaron como sujeto+predicado, pero no fue el caso.
Y como la gente, en las redes sociales, está al quite, enseguida encontraron que fue 'Mister Palencia 2005', más de Bilbao que el nuevo San Mamés, aunque de madre palentina. Suponemos entonces que aquel hombre no tuvo que leerse un libro sobre Palencia como cierta modelo...
El que es palentino, palentino, es Pablo Ferrari. Además, el redactor de turno de la agencia EFE lo quiso recalcar en el titular: "El palentino Pablo Ferrari, a las puertas de un 'Oscar' del porno". ¡Por fin conocemos la versión masculina de Mónica Vera! Teníamos una actriz palentina, nos faltaba el actor. De ahí a titular "Palencia, en la meca del porno", habría sido la diferencia, hace una década, de haber entrado o no en los 'Curso de ética periodística' de Juajo de la Iglesia en 'Caiga Quien Caiga'.
¿Alguien se imagina que si en Palencia no hubiera un actor de ese calibre no andaría la peña señalándole con el dedo cuando le vieran en algún bar de copas o comprando en el Lupa? Pues le ha debido de pasar. Cuando tuvo claro su cometido en el mundo, salió de Palencia como si le persiguieran. Su entrevista, el pasado mes de abril, en El Norte de Castilla no tiene desperdicio. Fue empresario en la capital y, ahora, profesional de un mundo que mueve muchísimo dinero. Tiene casi 18.000 seguidores en Twitter, y trabaja entre Valencia, con V, y Barcelona.
¿Para qué ibamos a querer concursantes en Gran Hermano, si ya tenemos de qué hablar? Es verdad que por Fran (GH2) supimos que Barcarrota existe, pero llegados a una edición 16, que la habrá, el peaje podría acabar siendo demasiado caro.

06 diciembre 2014

Volviendo por Navidad, o casi

IMAGEN PLAZA MAYOR (@Valdy1983)
¡Cuánto daño ha hecho el Almendro! Vuelvo a este blog en las fechas por las que suelen (o solían) comenzar a colocarse los adornos de Navidad hasta que el comercio, como de costumbre, lo adelantó todo.
Mi última visita a Palencia coincidió con el encendido del alumbrado de Navidad. Es verdad que, con el tiempo, perdemos inocencia, ganamos en mala leche y lo criticamos todo. De niño nunca se me ocurrió pensar que iluminar farolas, plazas, calles y escaparates podría ser un derroche de dinero porque en mi casa, que siempre fuimos justos de monedas, se hacía incluso los años en los que mi familia vivía más del paro que del trabajo.
Nunca se me ocurrió pensar que el niño Jesús del Portal de Belén podría ser extorsionado, secuestrado o cualquier otra burrada. Con la adolescencia y las primeras juergas piensas que demasiado poco pasa en el Nacimiento enfrente del Ayuntamiento.
Tampoco se me ocurrió pensar, de niño, en los mensajes subliminales que te explican en la Facultad de Periodismo. Ahora, es normal que se diga que la Plaza Mayor de Palencia se viste para estas fechas de azul PP y que el aumento del gasto tanto en San Antolín como en estas próximas fiestas tiene matices electoralistas.
De niño, Todos los Santos era Todos los Santos y ahora, el Black Friday es una moda que promete dar tanta guerra como el Jálogüin del demonio. Lo venden como la oportunidad, dicen, para adelantar compras de Reyes. Pensaba que sólo era algo que ocurría en Mediamarkt, en la Fnac, en internet y sólo para cachibaches tecnológicos, discos y libros. Pero me equivoqué. Y hasta me horroricé cuando lo vi plantado en el escaparate de una tienda de cosas para bebés que aún no saben que 'black' es 'negro' y 'friday' es 'viernes', por mucho que los padres 'cool' se empeñen en que aprendan inglés antes que castellano. Da igual: sabemos que los pequeños retoños acabarán por la Zona dándole al disfraz de cuernos con la cara pintada y cubata en mano dentro de 18 Primeros de Noviembre, sin que nada podamos haber hecho.
Diría que no hay nada como no crecer para seguir disfrutando de la Navidad como nos la enseñan. Pero, ahora, de mayor, no miro con malos ojos (y diría que hasta me gusta) el cosquilleo del día de la Lotería, las ganas de las cenas de empresa, de amigos... y el descanso de esos días con nuestra gente: lujuria, gula y pereza, en frío, en caliente, del tirón. Así lo creemos servidor y mi mala leche.