Palencia Entre Líneas

Cuatro apuntes sobre un sentimiento y una forma de vida: la nuestra. Palencia existe, se ve, se toca y se disfruta. Es un modo de vida.

18 junio 2014

Ni marquesinas, ni señalizaciones

Me da rabia que la puesta en marcha del nuevo mapa del autobús urbano en Palencia suene más a chapuza que a excelencia.
Para empezar, el servicio echa a andar y bastan unas horas como para darse cuenta de que el primer objetivo no se ha cumplido: el de la publicidad. Cuentan que la desorientación era absoluta, amén de que no sé qué sentido tiene poner en marcha nuevos recorridos sin terminar de señalizarlos.
Después, acudiendo a cualquier noticia digital y, especialmente, el foro de discusión que se ha creado en el Facebook de SER Palencia, se aprecia rápidamente que algo no va bien: "los trasbordos no funcionan bien", "no hay marquesinas ni señalizaciones", "desde que cambiaron no llego a tiempo nunca", "como sardinas enlatadas y 15 minutos de retraso", "las llamadas de atención al cliente siempre salta un contestador", "menuda chapuza", etc, etc, etc.

Si ya de por sí, de entrada, reducir las frecuencias de paso con respecto a las las líneas que había antes era coger al toro por los cuernos, tener que estar improvisando sobre la marcha y cabrear al personal día sí, día también, es de Matrícula de Honor.
Si, además, contamos con que en Allende el Río no entienden que tengan un bus cada 60 minutos (como aquella línea E, en la que iba siempre el vehículo medio vacío), que en Pan y Guindas y San Juanillo les han quitado paradas, y que la línea 3, que puede llegar a tener el potencial de la 1 y 2, funciona tan rematadamente mal que ha tocado improvisar sobre la marcha, es para Cum Laude.
El transporte público de una ciudad suele ser una de sus monedas de presentación. ¿De qué vale tener WI-FI en los autobuses si lo demás huele a desastre? La buena noticia, al respecto, es que, a poco que hagan, sólo cabe margen de mejora. Estamos de suerte, palentinos. Sobre todo, los que no cogemos el bus porque llegamos antes andando a los sitios.

11 junio 2014

No es que vengan mucho

IMÁGENES: Diario Palentino
Hace unos días, justo cuando abdicó el Rey Juan Carlos, Diario Palentino recordaba el momento en que los Reyes estuvieron, hace unas pocas décadas no sólo en Palencia, sino en mi colegio. A la entrada del edificio del Buenos Aires siguen las fotografías en las que don Juan Carlos y doña Sofía parecían atentos a los niños que estaban en las aulas por las que pasé hasta que la Ley me dijo que ya era suficiente de EGB, pese a que mi salto a la ESO lo completé en el mismo edificio.
Como también me pilló bastante crío, no recuerdo mucho a qué vino el Príncipe, pero vino y revolucionó Palencia. Era un tipo que caía bien, simpático, eterno soltero, y mucha gente quiso acercarse a verle a la Plaza Mayor.
Más adelante, vino la Reina a inaugurar el reformado Teatro Principal.
En un libro que tengo en casa sobre la historia reciente de Palencia, se toma como un acontecimiento  la visita de Franco a nuestra capital, por algo relacionado con unas fábricas, creo recordar.
Y poco más... El artículo podría acabarse aquí. No hablo de presidentes del Gobierno, que aparecen por aquí veces contadas. Quizás porque para eso está la diversificación del Estado y entre representantes regionales de la Junta, representantes provicinciales de la Junta, representantes provinciales de Palencia y representantes locales de la capital, tenemos suficiente. Tampoco vamos a pedirles a los Reyes que vengan todos los días.
Entre tanto, estos días, circulan imágenes de las convocatorias a favor de la III República, en las que tampoco se puede decir que acuda mucha gente. Seguramente sea más la que lo desea de las que acuden a estas manifestaciones. Pero es como que esto de los Reyes y los Presidentes nos quedara lejos. De vez en cuando, pues sí, vienen, pero es como que ni lo uno ni lo otro fuera mucho con nosotros. No sé si eso es bueno o es malo, pero la vida de una capital pequeña de provincias es lo más parecido a una isla en medio del mar. Me decía, en Tenerife, un compañero habitual de las islas: "Mira a la gente. ¿Tú crees que aquí les afecta lo que ocurra en el País Vasco?" La sensación es la misma: Moncloa y Zarzuela no tienen una sola pe. Parecen otros universos, aunque existe el respeto desde Palencia. Aún diría más: apostaría por que el 100% de los que allí viven y trabajan no sabría situarnos en el mapa. Y en el Congreso, seguro. En el Senado, esa extraña institución, ni te cuento.