Palencia Entre Líneas

Cuatro apuntes sobre un sentimiento y una forma de vida: la nuestra. Palencia existe, se ve, se toca y se disfruta. Es un modo de vida.

26 octubre 2006

El Senado se impregna de palentinismo

Se complican las gestiones para que el Real Madrid venga, alguna vez, a ¿inaugurar? (ya es tarde, me parece) el Nuevo Municipal de la Balastera. Ramón Calderón, presidente palentino del Real Madrid, ha dado esta mañana en el Senado un motivo más para explicar lo complicado que tiene traerlo: «Yo soy de Palencia. Además, lo tengo a gala y estoy orgulloso de ello, y hemos inaugurado un estadio y no crean que estoy pudiendo conseguir que el equipo vaya. Entre otras cosas, me parecería mal hacerlo a Palencia y no hacerlo a otro sitio aunque saldríamos perjudicados, pero es que la competición lo hace difícil. En Estepona, por ejemplo, que yo estuve con el alcalde este verano y también quería inaugurarlo. Lo que pasa es que si llevas al segundo equipo o si no llevas a todos los jugadores lo consideran un agravio, entonces es un problema». Añadió: «Me encantaría que el Real Madrid se paseara por toda España, eso nos permitiría desplazarnos por la tierra. Eso de los galácticos es una cosa que no me gustaba, nos hizo mucho daño. Somos españoles antes que nada, y me parece bueno la internacionalización de la marca fuera, pero hay que cuidar España, que es donde nosotros vivimos.»
Dudo que se haya hablado antes de Palencia en una comisión del Senado como la de esta mañana. El presidente del Real Madrid, el palentino Ramón Calderón, ha intervenido a las once de la mañana para hablar sobre la xenofobia y el racismo en el fútbol y cuál es la posición del club blanco para combatirlo. De todas maneras, el motivo de sacar el tema de Palencia al estrado fue porque por allí andaba, entre otros, el Senador por Palencia Julián Gutiérrez. Y todo surge porque el Senador Álvarez, del Partido Socialista, le sugiere a Calderón que acerque al Real Madrid a las provincias. Después, el senador por Cuenca José Montalvo, se une a la propuesta y le pide que lleve al equipo a la capital conquense... y a la palentina porque, dice, estaba nuestro Senador, que no se había atrevido a decir nada. Y ahí, todo sea dicho de paso, vinieron las únicas risitas de toda la mañana en la Sala Campoamor de la Cámara Baja.
¿Y todo esto qué tiene que ver con la xenofobia y el racismo? Más bien poco... o nada. Pero me queda claro que Calderón lo lleva muy dentro.
Para terminar, otra perlita del "Presi". Hablando de insultos en los campos, ha dejado bien claras sus preferencias:
«Prefiero que me llamen blanco a que me llamen hijo de puta, quizás porque a mi madre la tengo mucho cariño.»

19 octubre 2006

Calle Musical

Por cosas del destino y de la vida, y contra toda previsión, he terminado apareciendo en Palencia estos dos días. Este mediodía he vuelto a salir a respirar un poco del buen aire palentino que siempre me hace recobrar fuerzas de cara al tedio de los madriles, y me ha agradado especialmente recorrer un tramo de la Calle Mayor en el que el paseo va acompañado de una música que viene de manos pobres.
Manos pobres porque delante del mendigo hay un platillo con más o menos monedas. Pero es gente que ahí está, que hace un "servicio", que no es molesto, que no obliga a nada y que, en una mañana tranquila, como la de hoy, no estorba y acompaña bien.
En primer lugar, un hombre con su teclado. Un teclado grande, amplio, en el que caben muchas melodías suaves, conocidas o no, que se entremezcla, cuando ya queda atrás la iglesia de San Agustín, con un titiritero que tenía cierto parecido con el mago Tamariz. Manejaba dos músicos. Uno tocaba un violín y el otro... no lo recuerdo bien, me llamaba más la atención el platillo repleto de monedas y el tinglado que tenía el hombrecillo. Un poco más alante un hombre con una armónica, aunque en ese momento pedía sin más. Quizás es el menos bohemio de todos, con su ropa de cuero y su pelo de aquella manera. Y, otro más, un violinista, con todo lo que lleva en sí un violín sonando. Una banda sonora perfecta para un paseo un día normal en una ciudad normal y, especialmente, tranquila. No molestan, no nos quitan sitio. Por mí, que sigan.

13 octubre 2006

A Pallantia

Nobleza, grandeza.
Historia irrepetible. Firmeza.
Estabilidad, fortaleza.
En tiempos de Roma, invencible.
En el Medievo, floreciente,
brillante y cultura.
¡Siempre en el recuerdo
naciente Universidad!
Pueblo aguerrido
y de mujer luchadora.
Coraje, valor, corazón,
flechas, armas, tesón
desde siempre,
desde el Nubis al Carrión.
Por siempre incansable
mirando hacia delante.
Y hoy, al salir por nuestras calles,
respiramos aire nada ajeno,
pues todos tenemos la misma sangre.
¡A pulmón pleno
todos juntos, va, cantemos
desde el Cerrato a la Montaña,
en Saldaña,
Aguilar, en Velilla...
"¡Dios te salve, Palencia querida,
Dios te salve, granero de España!"

10 octubre 2006

Sobre el nuevo estadio


Lo que ponga aquí sobre la Nueva Balastera ya no tiene prácticamente sentido alguno. A estas alturas es difícil aportar nada nuevo que no se haya dicho ya. Más todavía cuando uno no ha tenido la oportunidad de ver cómo ha quedado todo. Tan sólo las palabras de mi padre anoche por teléfono, que ha aprovechado su cámara nueva para darme un poco más de sana envidia de lo que él ha pisado y que yo, como digo, no he pasado de las instantáneas.
Se me vienen muchos recuerdos a la cabeza, y creo que no voy a poder estar en la ya "vieja" Balastera para esa despedida. Si hay algo que le debo a ese estadio y a mi tío es que, gracias a los dos, me empezó a gustar esto del fútbol. Curioso, viendo al Palencia a uno le puede picar la vena futbolística. Desde entonces no he dejado de ir un sólo año, hasta que me tocó venirme a Madrid a hacer vida nueva. A partir de ese momento, Internet es lo único que me permite saber de mi equipo.
Nacen muchas ilusiones con el nuevo estadio. Más ahora, que el equipo va líder, que parece que va en serio, que se ha conseguido que venga la sub-21 para inaugurarlo (el Real Madrid, como si se lo comen con patatas, qué van a hacer cuando ya haya jugado la sub-21 y el equipo de la ciudad). Al final, pese al verde de los asientos, el campo nuevo gusta. Si lo comparamos con otros estadios de España, la verdad es que puede ser muy similar a algunos de los que tenemos cerca: Toralín en Ponferrada, Los Pajaritos en Soria, el Ruta de la Plata en Zamora... Pero visto lo visto, con un estadio donde (jamás se me olvidará) la pared del fondo sur se cayó por un viento fuerte, merece la pena alegrarnos la vista con la nueva obra. Y además, hoy lucimos palmito en toda la prensa deportiva nacional. Por fin, una vez más, Palencia existe. Me alegro mucho que sea por un motivo como éste. Ojalá sea, en un futuro cercano, uno de tantos ejemplos que nos coloquen a Palencia, como una ciudad modelo en cuanto a crecimiento. No me refiero a la cantidad, sino a la calidad.