Palencia Entre Líneas

Cuatro apuntes sobre un sentimiento y una forma de vida: la nuestra. Palencia existe, se ve, se toca y se disfruta. Es un modo de vida.

26 septiembre 2008

Camino de Santander

Como si de la encuesta del campo de fútbol se tratara, Diario Palentino hoy cuestiona cuándo pueden estar terminadas las obras de la autovía hacia la playa.
Es verdad que todo apunta a que no estará completa hasta bien entrado 2009, no hay más que ver cómo van las obras. Uno coge el coche y, al menos desde Palencia, las obras parece que nunca avanzan, que se hizo un tramo y ya. El resto del camino hacia tierras cántabras sigue siendo un sorteo de pueblos y poblados con la señal ésa de "prohibido ir a más de 40".
En Santander la cosa va mucho más avanzada, y el sorteo de puertos, montañas agujereadas, túneles, asfalto y señales marcha por buen camino, nunca mejor dicho, así pues, sólo nos queda lo más fácil: el tramo llano, liso y recto que nos une con el mar. Lo más fácil, pero lo que más se resiste.
Al margen de lo que es pico, pala y tierra, la verdad es que no decae la ilusión que tenemos los palentinos que cada vez nos queda menos para tener más cerquita o, mejor dicho, a menos tiempo, ese chapuzón veraniego con las chanclas llenas de arena, el agua fresquita del mar rebañándonos los riñones con las olas.
Si de por sí, muchos se dan un buen garbeo por tierras cántabras durante el verano de vez en cuando, ahora el incremento de gente va a ser notable. A hora y media tendremos el mar. Nuestro Benidorm particular. Nuestro planecillo barato para cuando la crisis nos ahogue mes a mes. En fin, recemos por tenerlo antes del verano.

19 septiembre 2008

Un palentino en crisis

Lo de la crisis viene a ser como el cáncer o esas cosas raras, tan temibles como desconocidas: hasta que las vives de cerca o te afectan directamente no sabes muy bien de qué va la película.
Ahora se habla de desaceleración, al menos desde el Gobierno. Desde el buitrerío, las altas instancias empresariales y el encefalogramaplanismo simplemente no existe. El pueblo llano lo llamamos por su nombre: crisis económica.
Consiste, básicamente, en tres opciones: a) que no te suban el sueldo, mientras que los precios suben; b) que cobres menos porque hay que recortar gastos (b se subdivide en b1 -tus jefes siguen viviendo a cuerpo de rey porque cobran lo mismo- y b2 -los jefes también sufren una reducción de sueldo, pero ya quisieras cobrar la mitad que ellos); y c) te vas a a calle y, si sumas el periodo adecuado que pide la Ley, cobras el paro.
Dicen los que saben que aún no hemos tocado fondo. Y en el mercado audiovisual dicen que la cosa irá para unos tres años. La cosa está mal en todas partes: Palencia, Madrid y Villamoronta (Un saludo para el bueno de Dani Calle). Pinta mal cuando hablo con algún compañero palentino y me dice que el panorama se complica, que habrá menos ingresos o que alguien se puede ir a la calle. Cuando veas las barbas de tu vecino cortar...
Aún sumergiéndonos un poco en el fango estamos a verlas venir. Un grito para todos aquellos que lo sufren: un grito de ánimo, un mensaje de esperanza y un deseo de suerte para todos... Para todo el que de verdad la necesite, me río yo de los que se lamentan de que al año que viene, igual, pues no se van a poder ir tantos días de vacaciones.
Seguramente "un palentino en crisis" debiera ser el título del blog desde ahora, pero tampoco es plan de cambiarlo, sólo que el tema pega fuerte... Lo dicho: ¡que Dios o la Primitiva reparta suerte!

04 septiembre 2008

Un añito de transición

A veces pienso que no sé si lo de “añito en el infierno” es lo más adecuado para la temporada que afronta el Palencia porque la Segunda B no es que nos hiciera sentirnos en el cielo precisamente.
Por la situación que atraviesa nuestro equipo es preferible llamarlo “un añito de transición”. Nadie asegura si a algo mejor o no. Y es que, precisamente, tal como están las cosas, no sopla el viento muy a favor.
Por un lado, lo deportivo: la Tercera está muy cara. El objetivo, con el nuevo sistema de ascensos, ya no es entrar entre los cuatro primeros, sino ser el mejor del grupo. Y no va a ser tarea fácil teniendo equipos tan fuertes como el Mirandés, el Burgos, el Ávila, la Segoviana, etc. Las crónicas del primer partido que he leído a través de internet me han transmitido más sinsabores que otra cosa. Vale, no vamos a afilar la guadaña porque quedan 37 partidos, y los tres primeros puntos ya están en la saca. Pero después de una lamentable temporada 2007/2008 lo último que desea la grada de La Balastera es volver a aburrirse. Bien me decía un socio veterano la semana pasada: «como sigamos así, lo mejor va a ser plantar una palmera en el centro del campo, poner unos bancos, y a tomar el sol, que nos vamos a divertir algo más».
La política de fichajes también ha sido cuestionada por aquello de repescar “viejas glorias” y por la falta de un delantero que asegure goles.
En lo extradeportivo, cada vez son más las críticas hacia la actual Junta Directiva: se cuestiona su gestión con el paso de los años, las dudosas deudas a la Seguridad Social, la actitud de Villegas con algún que otro medio de comunicación que ha pedido su cese, su actitud en momentos como el partido del Real Unión… Son muchos años al frente del club, y aunque ha vivido momentazos como el del play-off a Segunda, los dos descensos y las faltas pesan.
Es así: justo o injusto, cuando la pelotita no entra, las críticas reparten estopa por doquier. Tal vez los últimos malos resultados y la pésima actitud de los jugadores sobre el césped en los últimos no sé cuántos partidos se marcan en la retina de los aficionados. Lo que ocurra en lo deportivo de aquí a dos temporadas será tremendamente decisivo para Alberto Villegas de cara a las próximas elecciones, si quisiera presentarse.
Los primeros compases no han traído todo el optimismo que Palencia y su club necesitan. Parece que existe una raíz que viene de atrás y que impide que nuestro equipo termine de arrancar. Que venga pronto lo bueno antes de que sea demasiado tarde.

03 septiembre 2008

No me parece ni San Antolín

¿Y qué le lleva a un palentino a escribir en su blog a eso de las dos de la mañana tras un 2 de septiembre? En mi caso, esperar a que lleguen las 2 y cuarto para coger el autobús que me deja cerca de mi casa. Entre que uno está con la cabeza como un bombo, desmotivado, ante el enésimo examen de una Carrera que no tiene ni pies ni cabeza, y que las jornadas de curro se prolongan desde la hora de comer hasta estas horas, creo que son motivos de peso para dar razón a estas líneas.
No ha faltado esta mañana la llamadita a casa, algo así como "conexión con Palencia en el día de su Santo Patrón, cuéntanos, madre, última hora". "Pues bien, hijo, aquí estamos esperando a ver si nos acercamos a la Catedral". Y después, a seguir estudiando. Intento cerrar los ojos y me acuerdo de mi amigo Toñete, hoy es su cumpleaños y mañana por la noche irá a ver Mago de Oz. Intento, al mismo tiempo, imaginar qué ambiente se respira en una noche como la de hoy. Recordar cuántos Sanantolines llevo sin aparecer hasta se me hace difícil, y eso que tampoco son muchos, pero es mi Palencia, y la nostalgia que siempre me acompaña hace que el tiempo parezca más lejano.
Este año, por no poder, ni siquiera he podido dejarme caer por esas casetas de tapas que tanto he criticado, pero que tan buenos mordiscos me han dejado para el recuerdo... "¿Y te acuerdas en la caseta de Abilio Calderón en la que daban...?"
Estos días acostarse antes de las 3 ó las 4 de la mañana era acostarse con la fanfarria de la feria de fondo y los brazos de "La Masa" dando vuelcos incesantemente. Era una banda sonora agradable. La feria, de más joven, me ponía los pelos de punta y aquello sólo eran siete días al año. Ahora, cuando me acueste, tendré el ruido de los cuatro coches que, aprovechando la soledad de la carretera, bufan hasta que un día descubran que viene otro coche de enfrente y tengan algún problema, a mi insomne compañero de piso que, si no le da por haber puesto una lavadora hace media hora, cosa rara sería.
Un día raro, sí, señor, no me parece ni San Antolín. Madrid... qué cerca pero qué lejos. Benditas fiestas, para un año que tenemos buen cartel de música... En fin, va siendo hora de marcharse. No me he cogido un taxi porque la nómina de este mes me ha dado un disgustillo esta mañana al ir a comprobarlo al banco. Con 12 euros que me cuesta, tengo para cenar una semana entera en mi casa.
Saludos a los palentinos... y muy buenas noches de fiesta.
Firmado: un palentino ya un poco cansado.