Palencia Entre Líneas

Cuatro apuntes sobre un sentimiento y una forma de vida: la nuestra. Palencia existe, se ve, se toca y se disfruta. Es un modo de vida.

25 septiembre 2010

Nuevas fuentes de poder

IMAGEN: El Norte de Castilla / Merche de la Fuente
He preferido dejar pasar unos días, tener la oportunidad de hablar con algún que otro aficionado, ver qué se dice en la prensa, etc, etc, antes de hablar del nuevo presidente del CF Palencia.
Me alegran unas elecciones participativas porque son con las que de verdad habla el pueblo. Me alegra el esfuerzo por una foto con apretón de manos y me alegra la deportividad con la que Villegas ha asumido su final.
Todos los cambios siempre llevan una parte de confianza y otra de miedo. Quizás Fuentes no asuste ya, con Villegas lejos, sacudiendo las alfombras que tienen más polvo de desconfiaza que de posibles deudas. Si las sacude, con o sin auditoría, bienvenido sea el nuevo punto de partida antes de que aparezcan manchas inesperadas que resquebrajen de nuevo al Palencia.
Un club modesto como es el Palencia, por fortuna aún sin el apellido SAD, se llame Villegas, se llame Fuentes, se llame Fulanito, lo único que necesita para su crecimiento son resultados, que el equipo guste y la gente vaya al campo (pilar fundamental de ingresos), y que las cuentas salgan. Sota, caballo y rey. Fácil, pero difícil.
Y transparencia. Si salen sospechas, que se aclaren. La falta de argumentos para algunos con las supuestas deudas y los despilfarros con juicios y similares es lo que le ha restado credibilidad a Villegas. Si las cuentas están claras y limpias pero la pelota no entra, el balance acabará siendo el mismo. ¡Es tan complicada la Segunda B...!
Al fin y al cabo, un cambio de presidencia es un punto y seguido a la historia de un club que representa una ciudad y unos sentimientos. Nuevas fuentes de poder... Bien pensado, un soplo de aire fresco de vez en cuando tampoco viene mal.

14 septiembre 2010

Cosas que no cambian

Tengo simpatía por los domingos. Es verdad que no son lo que eran, pero me siguen gustando. Ahora trabajo, y no tengo esa típica tarde libre de ir a un parque, a un banco de la calle y dejar pasar el rato, que nos dejaba siempre una sensación en el cuerpo muy característica, de estar como muy desconectado de todo. El día anterior, si salgo, procuro no destrozarme.
Mi gusto por el fútbol español es lo que me permite que cada domingo me sientra atrapado en unas hermosas redes a modo de hamaca. Si tengo la oportunidad, a través de internet, sigo el partido del Palencia con el mismo remusguillo que me recorría el cuerpo antes de ir al estadio, aunque no es lo mismo el olor a césped y la megafonía con el himno sonando a dos mil decibelios que el olor a silla de oficina y los altavoces con sonido a ciber lata. La cita con La Balastera era la salsa del fin de semana.
El resto de partidos, los de Primera, también los veo. No es como cuando televisaba el Plus un Real Madrid - Logroñés y bajaba con mi padre al ya inexistente Bar Safari, antes de subir a casa, cenar, ver Domingo Deporte y acostarse uno pensando en el madrugón. Por fortuna, por mi trabajo, puedo seguir viéndolos, y con la ventaja de que la coca-cola de máquina vale más barata que en el bar.
El resto de la semana, salvo cuando hay Champions, no hay más que milongas. El domingo es el día por excelencia de competición: resultados, análisis, clasificaciones, ascensos, descensos, resúmenes... Ahora los tenemos casi al instante. Si el cuerpo aguantaba, y no había responsabilidades al día siguiente, el Tercer Tiempo era un complemento formidable.
En las calles, ya haga frío o calor, siempre hay gente que vive el domingo normal, el de los que salen a pasear, al vermut, a ver los escaparates de las tiendas cerradas, a hacer la vida que no hacen durante los seis días restantes. Quizás por eso, pese a ser día de curro, el relax y el buen rollo también nos acompaña de radio para adentro, porque, de alguna manera, ese sosiego se transmite a todos los rincones. Gracias al fútbol, la prensa deportiva de los lunes tiene ese punto a favor, en la que se cuentan cosas que se han visto, no otras que se inventan.
Me acuesto dejando mi boleto sin premiar de la quiniela sobre cualquier mesita, tal como lo hacía hace quince años, ahora tras un vistazo en Futbolme y antes con la siempre incompleta Hoja Deportiva que subía mi padre del bar Managua... Y es que hay cosas que son distintas pero no cambian. Aunque mi cuerpo de vez en cuando me pide inventarme un paseo hasta un barrio de San Antonio, que en este Madrid no existe, como hacía antaño, con la camiseta morada puesta con la que iba a tomar mi dosis de emoción en directo una vez cada quince días.

11 septiembre 2010

¿La Duquesa por Tabanera?

Hay cosas (y personas) que no dejan de sorprenderme. Reconozco que me he enterado no hace demasiado de que el novio de la Duquesa de Alba es de Palencia, pero es que la prensa del corazón no me va. Lo siento, pero no sé quiénes son los novios de las modelos ni las tías con las que van los pavos ésos de los Viceversos de Tele Cinco.
Sé que la Duquesa de Alba no es comparable, por status, con ninguno de los Grandes Hermanos u otros productos relativamente vomitivos. Pero se habla de su vida privada como si se hablara del cumpleaños de Juan el Golosina, y para el caso...
El día que me enteré de que el tal Alfonso Díez (repito, no hace mucho) era novio de la Duquesa intenté ver qué se había dicho de él o qué apuntes existían sobre su biografía. Leí que si era hijo de un afamado palentino, que eran cuarenta y la madre de hermanos... Prototipo de familia "tradicional", vamos. Que si había rumores de que él sólo la quería por el dinero, que si él era homosexual, que si él ya le ha pedido a la Duquesa casarse, incluso, según información de una de tantas revistas, en una ermita del Cerrato.
Ayer, casualidades de la vida, conocí a Eva, una madrileña cuyo pueblo de toda la infancia es Tabanera de Cerrato: el pueblo en cuestión de donde dicen que es el tal Alfonso y donde se supone que la ha sugerido casarse a su prometida. Me contaba que en el grupo de Facebook de Tabanera era el run run del momento. ¿Alguien se imagina a la Duquesa, con su cara pálida, su boca temblorosa, su mala leche contra la prensa, sus estampas de verano en las que su novio palentino la arrasca la espalda en el mar, pasando por el altar de este pueblecito de un puñadín de habitantes? ¡Alfonso, por Tabanera, traétela! No me gusta el corazón, ¡pero ésa no me la pierdo!

05 septiembre 2010

Mareándonos por la feria

Si con algo nos han tocado las narices desde Pucela es directamente con el asunto de la feria. Las Fiestas, como si las quieren poner en junio, que deberían, con tanta lluvia que dicen que hay, aunque pobre de la Virgen de San Lorenzo, cada año con la misma angustia y la misma rumorología de que al año que viene las van a adelantar todavía un poco más.
Este fin de semana se celebraba en el, cada vez más ridículo, recinto ferial el "Día del Niño". El único reclamo para que la gente acuda a algo, una vez finalizados los Sanantolines.
Y se tiene que hacer así porque, si no, entre que cada vez las mejores atracciones no paran en Palencia, y que los precios no acompañan, a este paso va más gente pescando en el río que montándose en los cachivaches.
Atrás quedaron aquellos tiempos en los que siempre se buscaba un hueco de más para esa montaña rusa nueva que llegaba (¿alguien recuerda el exitazo que supuso aquélla que tenía un looping en su recorrido?), o tal atracción de miedo... En la feria se concentraba buena parte del ambiente de esos días, por mucho que enfrescara demasiado a última hora de la noche. Entonces los "Días del Niño" se hacían por separado. Uno, durante las Fiestas, en el que los viajes duraban la mitad porque aquello se ponía de peña hasta las trancas. Y dos, más allá de la traca fin de fiesta, cuando unos cuantos camiones habían puesto rumbo si no a Samalanca, a Valladolid, y el resto tenían a los operarios quitando algunos tornillos en lo que iban ofreciendo los últimos viajes en los carruseles.
El efecto "Pucela se adelanta" nos ha hecho mucho daño. Algunos feriantes llegaban a Palencia y se marchaban, incluso, antes de que acabaran las Fiestas por llegar a tiempo a Valladolid. Y, claro, el Ayuntamiento se enfadó y les obligó a quedarse hasta el último día, como es lógico por otra parte. Ahora los que se han enfadado son algunos de los feriantes que dicen: "Pues se va a quedar en Palencia Rita la cantaora", y se van directamente 48 kilómetros más al sur. Acabamos todos mareados sin habernos subido a nada.
El resultado: un recinto ferial cada vez más modesto, con menos novedades (como, en general, todo el programa de fiestas) y donde se respira menos adrenalina que hace tan sólo unos años. Las pinzas que cogen peluches y relojes siguen funcionando por la ley de la tragaperras, pero sin efecto ludopático. Hay cosas que no cambian... las menos buenas, como siempre.

03 septiembre 2010

Mercado Medieval

Sentía que no estaba muy desencaminado cuando me refiero a las tapas como lo mejor de los santantolines. Lo he corroborado esta misma mañana en la web de Cope Palencia cuando veía los resultados (provisionales) de la encuesta en la que se preguntaba por lo mejor de las fiestas y con una mayoría aplastante a favor del tapa-caña-tapa-caña.
No es para menos.
Al margen de conciertos, que sólo nos parecen buenos si los que vienen son de nuestro gusto; toros, que dicen que han estado bastante bien; espectáculos de calle, en su línea; ferias, con relativas escasas novedades con respecto al año anterior; y demás, me sorprende que no pueda votarse por una de las inciativas que goza de más éxito y visitas: la del Mercado Medieval.Tres días a orillas del río en los que parece que nos traslademos al ambiente festivo de hace cientos de años. Animales, bufones, mercaderes, tabernas, puestos y un intenso olor a cuero, queso y cecina. Es todo un placer para los sentidos. Tal vez se eche de menos algún puesto más de artesanía, juguetes y decoración. Lo que triunfa de verdad es la otra artesanía: la que alimenta el estómago y embrutece la pituitaria. Podemos dedicarnos a catar (perfecto para gorrones y gourmets que lo prueban todo) y luego elegir si compramos o no. Será por oferta: generosos embutidos, nobles quesos castellanos y dulces de todo tipo, sabor y textura: desde rosquillas fritas al momento hasta los regalices de palo de toda la vida.
Pese a todo, y mira que ver está bonito, pero lo que diferencia nuestras fiestas de otras mucho más austeras en presupuesto, como las de los pueblos, es que son relativamente poco participativas. El balance de los últimos años siempre es el mismo: bien, bueno, vale, pero mejorable en todo caso. Queda claro que se nos conquista por el estómago y es que la comida y la bebida siguen siendo fundamentales en toda celebración.

02 septiembre 2010

Marta, las hormigas y las galletas

Marta repitió ayer visita al programa de Pablo Motos "El Hormiguero". Estuvo, la verdad, bien. Ya conocemos cómo es nuestra atleta: simpática, todo sonrisa, quizás sin ser demasiado extrovertida (no sé si alguien superará la visita de Will Smith), y generosa.No sé de dónde pudieron salir las cajas de Gullón que acabaron en manos del público, pero la cuña quedó bien patente. Si es de "motu propio", ¡olé por Marta, promocionando productos de la tierra! Si no, pues cuñita que no sé en Cuatro cómo habrá sentado, o si ya estaba pactada... O vaya usted a saber, pero la frase con que las presentó me sonó a anuncio total: «unas galletas de Palencia, Gullón, que se pueden comer en cualquier momento y yo para recargar pilas, las como». Faltó la frase de cierre: "Gullón, el alimento de los campeones", con permiso del Cola Cao.
Bien es cierto que, como embajadora palentina, en su día fue de las que se sumó al carro de "Fontaneda es de Aguilar". Su título de morada ilustre se lo tiene bien ganado a pulso.
Habló de Londres 2012, compitió contra Pablo a ver quién bailaba más metros el limbo y les puso a las hormigas una medalla de recuerdo.
Marta estuvo guapa, de las veces que más guapa ha aparecido en televisión, aunque el equipo de maquillaje que trabaja con la productora hace maravillas con casi cualquier mujer.
La pusieron el momento de su caída en Pekín, el que nos dolió a todos, como nos explicó luego la psicóloga que estrenaba sección en el programa. Su cara fue un poema, aunque luego, tal como hizo con el periodista de TVE a pie de pista, volvió a reirse de sí misma.
El Hormiguero cumplió y Marta también. Palencia existe, Pablo.

01 septiembre 2010

Fiesta y Patria

Suele pasar, que cuando llega un momento de fiesta y de alegría, los buenos sentimientos tienden a alzarse. Y el sentimiento que se desprende de estos sanantolines es el de Palencia.
Si los bares hicieron su agosto en el mes de julio decorándolo todo para la ocasión en la que fuimos campeones del mundo, ahora muchos se vuelcan en recordar que estamos en los, posiblemente, días de más jarana del año, con permiso de Nochevieja.
Nunca antes me habían puesto el himno de Palencia en un local. El dueño del "Y un cuerno", que otra cosa no, pero animar, anima un rato, anoche se permitió el lujo de ponerlo completo para que cada cual saque su "Soy de aquí" que cada palentino lleva dentro.
Lo mismo pasa con el Céndal, donde hace dos noches escuchamos no una ni dos, sino hasta tres veces el "Alé Palencia", que se acompasa con los calendarios de bolsillo de la temporada del club que el local que lleva Avelino (¿Dónde, si no, lo van a poner?) te entrega con tu pedido en barra.
En el Willy Fog lo de las diapositivas está a la orden del día, y lo mismo pone una de "La Gorda" como otra del mítico Fernandito el Librero u otra de nuestro alcalde. Todo es Palencia.
Ya si tenemos en cuenta que las peñas te recuerdan más que nunca con sus trajes que estás en una ciudad en fiestas, y que cada cual saca a relucir sus camisetas de Palencia con P, cada vez en más versiones diferentes, y que con las tapas te ponen, si pides agua, un Fuentes de Lebanza, con el "Felices fiestas" en la etiqueta, el sentimiento de pertenencia se multiplica al cuadrado.
Fue buena la excusa para volver a cantar, pues hacía tiempo que lo gritaba, eso de: "Dios te salve, Palencia querida. Dios te salve, granero de España".