¿Qué tal, cenaron bien?

Se trata de uno de los restaurantes favoritos de los palentinos. Apto para todos los públicos, precios muy baratos, atención de lujo y decoración original. No es como para llevar a un ejecutivo a cenar, pero a los jóvenes y no tan jóvenes nos encanta.
En la calle San Bernardo, junto a la coqueta entrada de la iglesia con el mismo nombre que la calle, está el Rincón de Istambul. Justo donde hace algunos años se asentaba la mítica hamburguesería Gigante. Un día cerró y hace unos siete años tomaron unos jóvenes con rastas el local e instalaron un kebab pionero en Palencia. Los resultados no pudieron ser peores: si no era la carne, era la máquina... el caso es que para servir unos bocadillos kebab había que esperar, como mínimo, 40 minutos. Pero no era un día, eran dos, y tres... y casi todos los que fueras. El local cerró.
Y lo retomó hace ya algo más de cuatro años un turco, pero de los de verdad. En pleno apogeo del Kebab como alternativa sana al McDonalds y Burguer King a lo largo y ancho de España, Nuri Pektas tomó las riendas del local que pasó a llamarse "El Rincón de Istambul".
Sí, es un kebab más... pero tiene algo especial. Comenzó como todos: con los kebab, los durum y cuatro cositas más. Pero hay muchas cosas que le hacen único y diferente de los demás. Empezando por su propietario, un hombre simpático, con bigote, y sus dos pinches, también turcos. Siempre tienen una buena cara, una broma que hacer, siempre te preguntan: "¿Cenaron bien?", agradecidos cada vez que vas. La decoración es puramente turca: con cuatro aparejos propios del lugar, un montón de fotos personales y música propiamente del país consigue crear una atmósfera especial.
No por eso va a ser más caro que el resto: un kebab normal cuesta lo que en todas partes: 3 euros. Siempre hay sitio para cenar tranquilamente con los colegas o con las parejas, y la variedad de platos ha ido en aumento. Hasta casi 50 variedades de platos. Incluso tienen web: http://rincondeistambul.es. ¿A quién no le apetece comerse un día un Islim Kebab o Baklava? Por el nombre, a uno que le guste la gastronomía extranjera, suena a bocado apetecible.
Aquí en Palencia un McDonalds tendría los días contados.

Un equipo para ascender

El Palencia ya se ha puesto el mono de trabajo esta semana, el lunes concretamente. En la Nueva Balastera se dieron cita los fichados, los renovados, los que ya tenían contrato y un montón de jóvenes dispuestos a dar el callo para entrar en los planes del nuevo míster, Pepe Calvo.

Los análisis apuntan todos más o menos a lo mismo: a que este año podremos disfrutar de un equipo que combina una base de futbolistas del año pasado, con experiencia en Segunda B, que ya conocen al equipo y a la ciudad, con otros jugadores de la tierra que dieron la talla cuando vistieron la camiseta del Palencia. Sumado a algún nombre propio más, como el de Agostinho, más alguna de las jóvenes perlas que puedan incorporarse... y los que aún están por venir. Y alguno que se espera que dé el paso de la dignidad para marcharse.

Mezclamos la coctelera y nos sale un Palencia experimentado, dispuesto a afrontar los tostones de la Tercera División. Nos habíamos acostumbrado a lo bueno, a la División de bronce, que no al buen juego o buen fútbol. De la Tercera siempre se ha dicho que es una categoría demasiado baja para el nivel del equipo de nuestra ciudad. Y es verdad: lo es. Nunca hay que olvidar que tocará jugar contra equipos que vienen de Regional, con todos los respetos. Con equipos que tienen ni una tercera parte de lo que tiene el Palencia en cuanto a presupuesto, estadio o número de incondicionales. En el lado opuesto están esos veteranos que llevan años intentando salir del pozo, como son la Segoviana o el Ávila entre otros.

El Palencia debería ser capaz de hacer de la fase regular un paseo. No debería pasar los apuros de otros años, en los que la 4ª plaza de la liguilla a veces se ponía complicada. Este Palencia debe ir "de sobrao" por la categoría. Debe pensar en cómo afrontar el ascenso ante pesos pesados que de verdad quieren volver a subir. Debe pensar que tiene 38 entrenamientos por delante para preparase de cara a la hora de la verdad.

La afición no falla. El año pasado lo dio todo a pesar de que el equipo no. Los fieles siguen pensando en morado, esté donde esté el equipo. Es verdad que hay críticas hacia cómo se está haciendo el trabajo desde la Directiva: desde poca publicidad sobre la campaña de socios (y eso que el cartel es espectacular, aunque lo del añito en el infierno de original ya tiene poco) a lo ridículo de regalar una botella de vino con cada carnet. Aunque, lo dicho: los fieles no necesitan más que escuchar su corazón para retirar su abono 2008/2009.

Es difícil recuperar la alegría después del varapalo del año pasado. Pero este nuevo Palencia nos quiere demostrar que con sangre nueva siempre puede haber vida. ¡AÚPA PALENCIA! y ¡AÚPA SU AFICIÓN!

Pico, pala y hasta hundir las vías

Con lo de hoy, se consolida el proyecto de soterramiento de las vías que busca desde hace tiempo el Gobierno de Palencia. El desvío es una alternativa caduca, al que siempre se podrá recurrir en el caso de que las obras se hagan mal y no generen más que problemas.

La llegada del AVE a nuestra capital es cuestión de tiempo, ya no hay marcha atrás. El problema va a ser cómo integrarlo en Palencia. Con la creación de la Sociedad Palencia Alta Velocidad se intentará que todo se haga de la mejor forma posible. Otra cosa es que se consiga. No es que se ponga duda la eficacia de todos aquellos, desde dirigentes hasta jefes de obra, que materialicen el proyecto, pero es una opción tan cara como compleja, y los riesgos son muchos.

En el conjunto del proyecto, la obra en sí parece lo más sencillo: meter una tuneladora bajo tierra y que cave a lo largo de nuestra ciudad durante casi 3 kilómetros. Después, acoplar unas vías y a sacar los trenes a pasear. Pico, pala, y a hundir las vías. Fácil, ¿no? Pues, en ciudades como Madrid, por ejemplo, saben los vecinos las molestias que puede acarrear el soterramiento de un tramo de vías o la construcción de un nuevo túnel subterráneo, con los casi siempre inevitables retrasos, problemas de re-financiación (que si ésta parte corresponde a la UE, ésta otra al Ayuntamiento, ésta otra a la Región...). Luego queda rezar para que todo se haya hecho en condiciones y los bloques colindantes a las vías no tengan problemas con las vibraciones, como sucede en Getafe.

Y, al margen, queda el follón de todos los preparativos, el desvío del Arroyo (otra eterna promesa que promete dar guerra), el qué hacer con los terrenos liberados por las vías... Cuestiones en las que acabará primando la política sobre todas las cosas, con el consiguiente rollo patatero y bochorno para quienes votamos entre Gobierno, Oposición, intereses públicos... ¡y privados, que esto es España, no hay que olvidarlo!

Si se hace todo bien a la primera... chapeau, nos quitaremos el sombrero y habremos ganado mucho en calidad de vida. Si no, ya veremos a quién hay que echarle las culpas y acabaremos todos locos. Aunque a nadie le quepa la menor duda de que siempre habrá quien se queje de que Palencia se haya quedado fuera del eje atlántico y que no podamos llegar a París montando en tren desde nuestra ciudad. Nunca lloverá al gusto de todos. Aunque se desviara el tren y ésto tuviera otras ventajas que jamás sabremos porque el tren ya no se va a desviar.

Puesto que nunca nadie va a quedar contento del todo, y las cartas están más que echadas, recemos y que nuestros dioses se apiaden de nosotros para que no haya más problemas y que nos protejan de la que se avecina.

Sólo queda el chupinazo

Que alguien diga lo contrario, que lo puede decir, pero... ¡qué cartelón tenemos para las Ferias de este año!

Para empezar, las bases de otras veces, que tan bien funcionan: una feria de arte, otra de cerámica, otra de libros, pasacalles, peñas, peñas, peñas, una feria de tapas (o de bocadillos, ya que sacan la caseta...), peñas, fuegos artificiales, recinto ferial y ganas de pasarlo bien.

¿Qué varía y qué da calidad a las fiestas cada San Antolín? Los conciertos y el cartel taurino. De conciertos, tenemos grupos de los que gustan. Gente con nombre, con gancho, dirigidos más bien hacia un público joven, que siempre responde, y que aseguran un lleno: Mago de Öz, M-Clan (que repiten), Pereza, La Quinta Estación... Dalma vuelve a repetir, y cada vez que viene registra buen auditorio. Bustamante también garantiza un lleno aún siendo de pago, aunque muchos pagaríamos para que volviera al andamio, pero sus fans son incondicionales como el más fiel de los hooligans a su Manchester.

Música...

... y toros.

El cartel no me parece para nada malo. La ausencia de José Tomás, el 7 de la selección española de tauromaquia, si existiera, no va a deslucir la feria ni mucho menos. Es como si vinieran a jugar un cuadrangular a La Balastera el Barcelona, el Villarreal y el Sevilla y no lo hiciera el Real Madrid. El otro en discordia sería el Palencia. En este caso, cómo no, enésima corrida en el Cosío de Campos Góticos para Doyague, el palentino.

¿Y qué me dicen de Sergio Asenjo como pregonero? Mi hermana, que no es que sea "mu fulbolera" que digamos, pese a ir como una más a la Plaza de Toros a liarla con la selección, me preguntaba ayer: ¿Y ése quién es? Efectivamente, el que va a dar el chupinazo. Ya sólo queda escuchar en "boom" en el cielo de la Plaza Mayor para disfrutar de unos sanantolines más. Mientras, a seguir disfrutando del verano, que aún queda para rato.

¿Dónde están los peces?

¿Dónde están los peces, matarilerilerile? Hace ya meses que no sabemos nada de ellos. Hace años que no están… Tal vez nunca han existido de verdad. Pero estaban ahí, seguro que lo estaban.

¿Cuánta gente les ha visto? ¿A cuántos nos han dicho: mira los peces de colores que hay en la fuente? Y, al final, con el agua sobre nuestras cabezas, nos quedamos sin verlos nadando tan alegres que parecían. Seguro que ahí ha habido peces, si no nos lo hubieran dicho.
Dicen que se dejaban ver más de noche que de día, cuando los bares de los alrededores estaban en plena ebullición, cuando la gente iba y venía de la zona del Seminario a otras partes de Palencia. Siempre alguno los veía y siempre había alguien a quien mostrárselos.
- Mira que peces de colores más gordos…
Y un buen día, nadie sabe por qué, se los llevaron. Quizás la cercanía con el río les hizo saltar en busca de una vida mejor y nadie los quitó adrede. Al ver que la fuente perdía su encanto sin ellos, el agua se esfutmó y nacieron una especie de plantas para adornar. Pero ni una placa, ni un recuerdo. Nada que ver con el banco que allí habitaba.
Es uno de los rincones míticos en los que, al pasar por él, sobre todo durante las noches de los fines de semana, justo por detrás de San Miguel, es inevitable recordar algunos remojones, incluso, tan agradecidos en verano que siempre arrojaban alguna carcajada.
Os seguimos echando de menos, pezqueñines.

Güiza: ¿De quién?

Durante este mes de junio, hemos podido disfrutar en El País de una serie de entrevistas un tanto informales que los redactores del diario han estado realizando a los miembros de la selección española de fútbol.

Las entrevistas, con las mismas preguntas para todos, se recogen bajo el título "¿Me permite tres minutos?" y entre las preguntas figura una especial, que nos afecta: "¿Cómo se llama el campo del Palencia?".

Si nos ponemos meticulosos, por sacar punta más que nada, podemos presumir de un señor estadio, aunque parezca que se cae a cachos cada vez que sopla el viento (y recuerdo cuando Moreno hablaba del tejado de la vieja tribuna). Lo de campo... como que suena hasta vulgar.

Luego vamos viendo cómo uno a uno responden a la pregunta sin tener ni pajolera idea del nombre de nuestro estadio. Con razón, porque no han jugado en él, pero parece mentira que algunos fanáticos del mundillo futbolero sepan casi más nombres de estadios españoles que Reyes en la Historia de España y no lo sepan jugadores que nos representan a todos. Hombres como Iniesta han podido saberlo perfectamente, porque se concentraron en su día en Cervera de Pisuerga y han tenido amistad con un palentino como es Diego León. Cazorla, incluso, reconoce haber jugado en él, pero tampoco lo sabe.

La respuesta clásica es un "No lo sé". La respuesta cruda, ofensiva incluso, es la de un señor llamado Daniel Güiza, que responde: "¿De quién?". De Palencia, Dani, de Palencia con P.

Otras de las respuestas con más miga son las siguientes:

- Marchena: No lo sé. No he tenido la suerte de jugar allí. (¿Suerte? Con sus años hubiera supuesto ser jugador de Segunda B o Tercera)

- Cesc: ¿El Palenzuelo? ("Ingenio" y figura)

- Palop: (Lo sabe porque se lo chivó la jefa de prensa)

- Capdevila: El del Burgos es El Plantío; el del Tárrega, el Municipal La Plana; el del Girona, Montilivi, y el del Toledo, El Salto del Caballo. ¡Pues no sé yo de campos!. (Apuesto 100 pavos a que sabe el del Becerril)

- Xavi Alonso: No lo sé. Pero el de Tolosa se llama Berazubi, por si le interesa saberlo. (Y por si a alguien le interesa, la copra se extrae del coco)

- Senna, el brasileño: Mestalla. (El Cristo del Corcobado no es el Cristo del Otero.)

- Arbeloa: Ni puta idea. (¡Olé!)

La última entrevista publicada es a Xavi Hernández, al que la pregunta cambia ligeramente:

P. ¿Ya sabe cómo se llama el campo del Palencia?
R. Sí. La Balastera, ¿no?

Menos mal.

¡Yo soy español, español, español!

IMAGEN: EFE
Ni el 1 de mayo, ni San José, iba a decir que casi ni San Antolín por Palencia... Ninguna fiesta ha movilizado tanta gente como la que se gestó de forma espontánea el domingo en cada rincón de España. Una fiesta por amor al arte, por amor a España. El tiki-taka que llaman de Luis Aragonés nos ha conquistado. Muy a pesar de que me reconozco crítico con el seleccionador incluso días antes de que comenzara la Eurocopa.
Al día siguiente, la primera imagen que tengo sobre la celebración en Palencia es un especial de Marca en el que publica fotografías de las celebraciones en todas y cada una de las capitales de provincia. La instantánea de Palencia, una imagen desde el aire de la Plaza de España, mejor... imposible. Se ve una marabunta impresionante encima de la fuente, con el rótulo de PALENCIA bien visible. ¡Que se nos vea! ¡Que se nos vea! Luego, un correo de un buen amigo mío con alguna foto más incluso vídeo, me confirma el fiestorro que se montó allí por la noche.
Parece incliso un consuelo pensar que los disgustos del descenso a Tercera han quedado más que de sobra compensados con el alegrón que los de "La Roja" nos han regalado el domingo por la noche.
Visto lo visto, el día que subamos a Primera ¡que tiemble España entera, que tiemble!