La desgracia a través del transistor

Primero de Mayo. Es día rojo en el calendario y la mayoría de la gente no trabaja y duerme hasta tarde.

A las ocho de la mañana sonaba el radio-despertador y oigo que se habla de una explosión de gas, de un edificio de cinco plantas que se viene abajo... Oigo que se trata de Palencia. No doy crédito. Tenía sintonizada la Cadena SER que, cada vez que había ocasión, conectaba con Palencia. Cada dos por tres, Juan Francisco Rojo aportaba nuevos datos.

Permanezco media hora pegado al transistor. Poco después de las ocho, se oye en directo el testimonio de una vecina de esa Calle Gaspar Arroyo: «Había mucho humo, mucho polvo, no había luz, apenas bajamos la escalera con la luz de emergencia. No había puerta en la calle, de la explosión, y vimos varios coches ardiendo, uno explotó y la tiró a una vecina contra la pared. No hay puertas, no hay ventanas... No hay nada».

A las ocho y media se confirman dos fallecidos, una cifra que iría subiendo en la siguiente hora hasta cinco, según las fuentes a las que accedió RNE. A esa hora, reacciono y pongo la televisión. TVE, la única que emitía informativo esta mañana, estaba dando imágenes del suceso. Hasta que no puse el televisor, no supe de qué calle se trataba. Me mantuve escuchando la radio y se iban sucediendo diferentes protagonistas: Miguel Alejo, hablando de lo lenta que va a ser la recogida de escombros, Heliodoro Gallego, que confirmaba que había oído el ruido de la explosión desde su casa, y Juan Vicente Herrera, que aportaba nuevos datos (a eso de las 9.30 dice que unos 11 ó 12 vecinos ya han sido localizados).

Llego a la radio, y me comenta mi compañero Antonio Herráiz que lleva escuchando RNE toda la mañana y que lo están dando bastante importancia. Vuelvo a poner TVE y compruebo que existe un teléfono de información para los afectados: 800.200.112. Más tarde compruebo que compañeros como Raúl González, de Cope, o David Frechilla, de Onda Cero, llevan desde antes de las 7 de la mañana al pie de la noticia.

Las últimas noticias que llegan es el traslado a Salamanca de una niña de 5 años que se encuentra en coma y que se han encontrado supervivientes entre los escombros.

Hoy no es día de fiesta en Palencia. Hoy, día del trabajador, hay mucha gente trabajando: retirando escombros, buscando personas, otros curándolas y otros cuidando de los desalojados. Pocas cosas hay peores que tu propia casa se venga abajo. Mis condolencias con los familiares de las víctimas y para los que han vivido de cerca la tragedia. Hoy algunos, desgraciadamente, pese al rojo en el calendario, no han podido descansar lo suficiente.

FOTO: EFE