Ya. Voté

Ya está. Ya voté. Ya no quiero saber más hasta el próximo domingo. Ni elecciones, ni elegidos, ni promesas ni nada de nada. Reconozco haber estado indeciso sobre a quién votar en las Regionales, pero al fin conseguí tomar una decisión clara y responsable. Voté ayer, evidentemente, cuando a los exiliados se nos acababa el plazo.
Aparte de vivir en el exilio, nuestro voto, pese a llegar el primero, se recuenta al final. Tenemos que hacer unas pocas idas y venidas de casa a Correos para votar. Nuestros candidatos se olvidan de nosotros («Evitaremos que nuestros jóvenes tengan que marcharse de la Comunidad para encontrar empleo». ¡Ja! A buenas horas, mangas verdes). Y nos perdemos la recta final de la lucha por el trono, cuando los gladiadores quedan a un paso el uno del otro, fruncen el ceño, se miran a los ojos, lanza en mano diestra y se dicen: «el domingo morderás el polvo».
Fue muy curioso lo que ocurrió en la oficina de Correos. Justo cuando salgo, una mujer de unos 30 iba con su madre, una pobre anciana, que iba a votar por correo... pero sin haber solicitado antes que le enviaran a casa su documentación. Y la anciana iba con todo su arte a buscar las papeletas para votar en la misma oficina por correos. Me preguntaron que qué había que hacer, pero ya era tarde. Ignoro a qué censo pertenecía la señora, pero imagínense que es de Astudillo. El domingo, ¡suerte para el pueblo!

PD: Acabo de ver que Correos ha ampliado un día más la entrega de votos por correo. Hoy día 24 se puede aún entregar las papeletas... ¿Síntoma de una baja participación?