¡Calderón, felicidades!

Con toda la cantidad de palentinos sueltos a lo largo y ancho de nuestro país, hoy tenemos que volver a hablar de uno que está de moda por aquello de que, para ser de Palencia, se le nota bien poco: Ramón Calderón. Hoy le caen 58 castañas.
Y no le va mal, aunque ahora parece que los tiene un poco de corbata. Me explico: no le va mal porque ahora tiene las tardes para dejarse caer por las Ventas (San Isidro en pleno esplendor), la semana pasada se marcó un viajecito de lujo por Arabia, donde hay preocupación por el aumento de la tasa del paro y de la pobreza, pero donde a un club le sobran 2 millones de euros para jugar un amistoso contra el Real Madrid y pasear a su presidente a un hotel de lujo y un restaurante de lo más fino… Viajecito a Moscú a presenciar la final de la Champions y tratar de camelarle un poquito a Gills por aquello de fichar a Ronaldo… Celebración del título de Liga…
Pero no hay más que buscar las últimas noticias que nos ofrece Google sobre nuestro palentino ausente para darnos cuenta de Calderón está pasando un momento difícil: el Manchester le tiene cogido el pulso: «Si tanto empeño pones en llevártelo, si tanto dinero estás dispuesto a poner… 50 millones más Robinho, Ramos y Diarrá». Le han echado el órdago a juego. Y mientras tanto, los miembros de la Junta Electoral del Real Madrid, los verdaderos propietarios del Real Madrid, pidiendo su dimisión en la última reunión, apretándole la soga al cuello para que intente destapar sus ocultas intenciones. Están muy quemados por los amaños que ha intentado hacer desde la Junta Directiva, en colaboración con Alfonso Carrascosa, para que los amigos de Calderón pudieran ganar las elecciones a la Junta Electoral.

Lo del Cage de pega tuvo su punto, eso hay que reconocerlo.
Un uso un tanto tramposo de su puesto como presidente del equipo blanco, ¿no? El caso es que le van pillando en todas. Y el Real Madrid, ¿vendrá a Palencia este verano a jugar algún bolo, como prometió en su día? ¿Qué hubiera pasado si el Real Madrid no hubiera ganado la Liga? Se le hubieran comido como a Laporta. En fin, Calderón, felicidades, estás que te sales.

Aprender de los errores

IMAGEN: www.muymoraos97.com
No he podido seguirlo como otras veces. Recuerdo aún el primer no-ascenso que se quedó en Navalcarnero, o el ascenso que pude oír por Onda Madrid... La radio suele ser mi aliada, salvo en esta ocasión que, por cuestiones de trabajar con ella, me mandan a un Getafe – Betis.
Encuentro en mi amigo Víctor en un perfecto aliado para enterarme de lo que va pasando... El corazón en Palencia y la cabeza y todos los sentidos en un partido intrascendente.
Última jornada, en la que ganar tampoco significa estar salvado. Última jornada en la que la agonía no ha durado más y el Palencia, por méritos propios, está en Tercera División. Me llegaba algún sms más a eso de las siete de la tarde, como quien recibe una mala nueva: «El Palencia ha descendido, somos de Tercera».
Sabía, y era de esperar, que en caliente, enseguida salieran a la luz nombres de culpables por parte de la afición y por parte de los internautas: Villegas, Del Barrio, los árbitros... ¡hasta Moreno! La culpa seguro que está por alguna parte, o tal vez se encuentre repartida... Ésa debe ser la misión de estos próximos días. La pretemporada va a ser muy larga, y hay que empezar por el principio: ¿Qué se ha hecho mal para que esto no se repita? Esta temporada ya es historia. Y como un buen historiador apuntaría, la Historia debe ser estudiada para entender el presente y prepararnos para el futuro, entre lo que se incluye aprender de los errores que nos han perjudicado para no volver a repetirlos.
Jugadores que quizás no se han comprometido del todo con la camiseta, una Directiva que renovó a lo grande a un entrenador sin prever que siempre existe un margen de error, un estilo de juego... sin juego, un listón muy alto, una reacción tardía, y tal vez hasta un exceso de confianza. Ni me voy a meter con los árbitros que no tienen remedio (hoy quitan a uno y mañana al otro) ni tampoco con los periodistas, que ni fichan ni juegan ni dirigen... allá cada cual con su criterio.
Pero encuentro un motivo para venirme arriba cuando mañana lea los titulares de los periódicos: que mañana comienza una etapa nueva para el Palencia. Puede ser enriquecedor aprender de los errores. Un Palencia más fuerte y con más ilusión que nunca. Hay otro objetivo: salir de la Tercera... y esta vez el Palencia, no como en este último tramo de la temporada, sólo depende de sí mismo. Me queda otro consuelo: su fiel y generosa afición. ¡¡¡AUPA PALENCIA!!!

La prensa amanece con el recuerdo de Gaspar Arroyo

Hace un año Palencia se convertía en el centro de la noticia. Estaba entonces en Madrid y me resultó chocante y hasta duro enterarme. Fue nada más levantarme, mientras me despertaba con la radio, a primera hora de la mañana, intentando asimiliar lo que estaba escuchando. Se hace raro que este tipo de cosas sucedan cerca de tu casa. Las catástrofes parece que nunca nos van a tocar, que todo lo malo de verdad nunca nos pasa. Hasta que nos toca o nos pasa rozando.
La prensa dio buena parte de la tragedia, supo recoger los hechos con respeto, contando la verdad. Ahora, un año después, el sentimiento es bien distinto. Hoy, los mismos medios recogen estas sensaciones:

DIARIO PALENTINO

«Da igual ser joven o ser mayor, la explosión nos demostró que la vida es un rato, de algo así uno no se recupera nunca y sobre todo cuando se pierde un ser querido». Mayuyi es suegra de un rumano fallecido en la tragedia.
Juan Pablo Ausín resume una cuestión peliaguda, la del dinero: Las autoridades tiraron de bolsillo público, como ya hicieran con los vecinos, para tratar de paliar las pérdidas económicas, instados principalmente por el ruego de la Cámara de Comercio, que acudió en apoyo de los empresarios. [...] Aunque el Ayuntamiento dispuso una partida de 30.695 euros, a los que se sumaron los cheques de 1.000 euros repartidos por la Junta a cada empresa, como siempre, pocos quedaron a gusto.

NORTE DE CASTILLA

El artículo de José María Díaz pretende destacar que, un año después, la Asociación de Víctimas y el Ayuntamiento siguen enfrentados: La Asociación de Afectados de Gaspar Arroyo ha comunicado que no participará en los actos de conmemoración de la tragedia organizados por el Ayuntamiento de Palencia, al que el colectivo de víctimas culpa del retraso en la reconstrucción de los tres bloques derruidos y de haber gestionado indebidamente las aportaciones solidarias entregadas por empresas y particulares.

20 MINUTOS - EDICIÓN PALENCIA

H. Requena resume perfectamente, con datos, la situación 365 días después: Una misa, una ofrenda floral, el descubrimiento de una placa son los actos programados en el primer aniversario del suceso. 9 muertos, 353 afectados, 53 de ellos con heridas, 175 viviendas afectadas, 30 de ellas totalmente destruidas... La vuelta a la normalidad ha costado 5.450.384,08 euros.

ICAL

La Agencia de noticias de Castilla y León centra la noticia en las declaraciones de Vicente Díez, el Juez de Instrucción nº 3 de Palencia, encargado del caso Gaspar Arroyo: «a pesar de la “excelente” colaboración con el resto de administraciones para atender a las víctimas, aún no se ha “avanzado en conocer las causas del accidente”, aunque se mantiene esperanzado y asegura que, al menos, se determinará “quién es el responsable civil”.»

Cada cual vivió la tragedia de una manera, tan válidas las que publican los periodistas como la que firmaría cualquiera que sintió de cerca aquel uno de mayo. Y lo que no dudo de que todos firmaríamos de por vida es el sentimiento de solidaridad y apoyo que reinó en nuestra ciudad durante aquellos días.

Ante la crisis

Me resisto a tirar la toalla, quiero seguir resistiendo, pero creo que, salvo milagro, estamos en Tercera. Aunque la situación de la zona baja aún puede dar aliento, veo tremendamente difícil sacar adelante en tres partidos el mal trabajo de toda una temporada cuando, además, el Palencia no depende de sí mismo.
Me quedaba sorprendido el domingo, al llegar a casa, cuando me decía el bueno de Vic que la rajada de Villegas había salido por la SER. Ahí, el que quiera, puede discutir si a Villegas le puede a veces la boca o no, pero su actitud es, sin duda, fiel reflejo de la impotencia sobre la situación que se vive. Quizás porque Villegas también haya reconocido (de puertas adentro) algunos errores, al margen de los arbitrales, ajenos a la voluntad del Palencia y de los otros 19 equipos que, unas veces más que otras, influyen para mal, aunque dudo, por muy malos que son, que se conviertan en los principales culpables del descenso de un equipo.
En medio de esta debacle, de este momento de mala incertidumbre, si hay alguien que siempre ha confiado en que el Palencia se puede salvar, es la afición, la que va domingo tras domingo. Me resulta muy agradable leer en los foros el mensaje de “es posible”, en sus más variopintas versiones, empujando mucho más con el corazón, seguramente, que con la cabeza. Aunque hay gente a la que la puede, y con razón, la desesperación.
Si nos salvamos, a Dios gracias. Si no, el único deseo que tengo es que, con cabeza fría, se analice por qué. Que a nadie le quede la menor duda de que habrá quien le falte tiempo para sacar a relucir errores que, a lo mejor, no tienen mucho que ver con lo sucedido, pero que siempre embadurnarán un poco más el paisaje gris y feo que hay por delante. Un equipo en crisis necesita críticas constructivas. Hay que jugar con inteligencia. Los fanatismos que nos tocan o llevamos en el corazón no son buenos cuando las cosas no van bien. Siempre se recomienda contar hasta tres.
A pesar de las críticas, (que siempre estarán ahí aunque el equipo fuera primero en la clasificación), esta temporada parece que la afición ha sido la que ha respondido con más creces. Cuántas veces han pedido a gritos que La Balastera fuera un fortín, proponiendo, como ahora, soluciones para que en este Gabinete de crisis, acuda más gente. Cómo animan a pesar de la adversidad, dejándose parte de sus salarios con sus abonos, entradas e invitaciones en su equipo del alma. Lo demás, parece ser un conjunto de cosas que no han salido bien porque no se han planificado bien y es lo que me invita a creer que la salvación no va a ser posible.