Una de casetas, tapas, cañas...
Palentinos, afortunada o desgraciadamente (que diría el otro), tenemos asumido que las casetas se han convertido en la única referencia destacada de los sanantolines. Desde ayer, con el fresquito tan característico de estas fechas incluído, quedan inauguradas oficiosamente las fiestas patronales. Ante la ausencia de conciertazos que muevan Palencia (sólo Mojinos Escocíos lo han logrado de forma masiva en las últimas ediciones), las tapas son el encuentro de los palentinos por las calles durante estos días festivos. ¡Pero a qué precio! Y es que, amigos, ya puede ser la marimorena de todas las fiestas, pero nos han tocado donde más nos duele: en el bolsillo.
Miriam Andrés, la concejala de Festejos, ¡cómo va a explicar la subida! Dice que no lo ve mal y que seremos los propios tapeadores de a pie quienes castiguemos a quienes, por casi quinientas pesetas de las de antes, nos ponga, además de una caña (o cañita) en vaso de plástico (vale, no vamos a exigir más en este sentido) con un simple perrito o un montadito de lomo, que te vale, sin ir más lejos, en el Trompicón, los ochenta céntimos.
Ante el aumento de ca
Servidor ayer tuvo la oportunidad de probar un “Chorizo Preñado” (un generoso bocata de chorizo, al fin y al cabo) en Pio XII, “Pita Rellena de Delicias de Pollo” (lo probé por lo grande, porque a pollo sabía poco, sabía más a maíz, lechuga, zanahoria en conserva y al pan en sí) en Abilio Calderón y un “Montado de Lomo con Salsa Roquefort” (buena tapa, buen sabor, pero se repite un poco) en